Ayer, en la Plaza de Armas Benjamín Muñoz Gamero de Punta Arenas, se desarrolló la tradicional ceremonia del Juramento a la Bandera, lugar donde casi 500 soldados que cumplen su servicio y funciones en los distintos destacamentos militares de la región, reafirmaron su compromiso con la defensa del país.
Acompañados de sus familiares, y orgullosos por vestir el uniforme mimetizado, los soldados, en una sola voz, juraron ante la bandera.
Entre los familiares asistentes se encontraba Ximena Painaqueo, quien viajó desde Copiapó para acompañar a su hermana, la soldado conscripto Mónica Chureo Painaqueo. “Fue un viaje de amor hacia mi hermana, me da mucho orgullo verla, que se desarrolle como persona y qué mejor que por Chile. Los sueños se cumplen y que mejor verla triunfar”, dijo emocionada.
Los cientos de soldados conscriptos que juraron a la bandera, entre hombres y mujeres, pertenecen a los distintos destacamentos que se encuentran en la jurisdicción de Punta Arenas, tales como la Jefatura del Campo Militar “Austral”, El Batallón de Telecomunicaciones Mecanizados N°5 “Patagonia”, la 4ta Brigada Acorazada “Chorrillos”, el Regimiento N°10 “Pudeto” y el Regimiento Logístico N°5 “Magallanes”.
El soldado conscripto Benjamín Catrilaf Coliqueo, oriundo de Lanco, Provincia de Valdivia, quien actualmente se encuentra realizando su servicio en la 4ta Brigada Acorazada “Chorrillos”, compartió el significado de jurar a la bandera: “Para mí estar en el lugar más austral de Chile no es fácil, pero jurar a la bandera me llena de emoción, alegría y orgullo y el saber que mi madre, la mujer más importante de mi vida, quien está presente hoy, se siente orgullosa de mí, me motiva a seguir y dar todo para ser un mejor soldado y una mejor persona. Además de un compromiso con Dios, mi patria y mi bandera, es un compromiso con mi familia”.