Las noticias de los últimos días, simplemente nos dejan estupefactos ante la magnitud de la realidad de nuestra sociedad, la delincuencia esta demandando y seguirá utilizando en el futuro una infinidad de recursos y estrategias de todo tipo, para hacer frente a este terrible flagelo, en la cual el Estado no estaba preparado.
No hay persona en nuestro país que pudiera manifestar que no está de acuerdo con erradicar esta situación, pero el diagnóstico es que la velocidad de la “democracia” no puede ni podrá hacer frente al dinamismo de la delincuencia y de crimen organizado, que se mueve de forma rápida, flexible y con tecnología de punta, entre otros atributos, contra el Estado actual.
Para el combate a la delincuencia, no hay nunca que perder de vista, que solo una parte corresponde a la responsabilidad de las policías de nuestro país, como Carabineros de Chile y la Policía de Investigaciones, que sumado a los esfuerzos adicionales en su área de especialización, como la Policía Marítima (Armada de Chile) y la Seguridad Aeroportuaria (Dirección General de Aeronáutica Civil), que sumado a los equipos municipales, son los que refuerzan la prevención, detectan y perseguen el delito propiamente tal.
Pero también hay una labor de inteligencia estratégica, que tiene que estar presente, con dedicación exclusiva en una misión constante de encontrar a las mafias, y todos los actos que son delitos, entre ellos debemos destacar a todos lo funcionarios del Ministerio Público y de todos los otros organismos relacionados con la seguridad interior.
Tan importante como tener más Carabineros, es que los fiscales tengan menos causas que administrar y dirigir, de la misma forma como es importante que los jueces realicen bien su trabajo, es que exista un modelo de cárcel que promueva la reinserción social, promueva la seguridad de los gendarmes y que no sean una escuela del delito.
Modificar todo lo anterior, junto a una lista gigantesca de decisiones y leyes, no puede ser resuelto con la velocidad de la administración actual de la gestión pública, debe ser con una dinámica de guerra, no estamos en tiempos de paz, es por eso que mi frase “la Democracia no puede hacer frente a la velocidad de la delincuencia”, debe existir un Estado Constitucional de Emergencia, que haga frente a la burocracia de estos tiempos, las trabas medioambientales, los presupuestos financieros, los permisos municipales y la política en tribunales, y otros ejemplos, podrían las iniciativas con fines de la Seguridad Nacional.
Es una reingeniería estatal enfrentar la delincuencia, y es necesario que el Presidente puede administrar una respuesta por decretos y de forma expedita para tomar acciones a todo un sistema, que es un gran elefante blanco, un gabinete por la seguridad, necesario para realizar maniobras para hacer frente a esta realidad latinoamericana.