Ayer a temprana hora un gran contingente de Carabineros llegó hasta el domicilio de Rosa Sepúlveda, mujer que desde hace meses está peleando por su vivienda acusando haber sido víctima de estafa.
Esto, con la finalidad de concretar un desalojo que estaba pendiente. De esta manera, hasta el Barrio Archipiélago de Chiloé llegó la receptora judicial y un amplio contingente de Carabineros (de la Quinta Comisaría de Control de Orden Público), quienes debían hacer ingreso al domicilio para sacar enseres y a todas las personas que había en el interior de la vivienda.
Una ardua labor debieron realizar los funcionarios de Carabineros para poder ingresar al inmueble, debiendo incluso utilizar la fuerza. En el procedimiento se detuvo a dos personas que se opusieron a la acción policial.
Luego de algunos minutos de alta tensión la situación se calmó luego de la llegada de la abogada de Rosa Sepúlveda, quien portando una orden frenó el desalojo.
En conversación con Pingüino Multimedia, Rosa Sepúlveda indicó que “vino la receptora y no presentó ningún documento, igual que la vez pasada, y comenzó a gritar e insultar. Y le decía que escuche, pero había unos caballeros que andaban encapuchados, contratados, muy mala onda, y cuando vi que entraron a mi casa me encadené. Fue lamentable la choreza de los tipos, de Carabineros, porque estaban enojados porque no podían echar el portón abajo. Yo no encontraba qué hacer, y en ningún momento me dejaron hablar ni presentar lo que yo tenía. Cuando yo estaba en la Comisaría”.
Asimismo, indicó que mientras estaba en la comisaría llegó una persona y dijo “la embarramos, porque hubo un mal procedimiento porque había un documento de por medio, que venía de tribunales, del proceso que se está llevando adelante”.