La carrera de contador auditor abre un mundo de oportunidades laborales. En empresas estructuradas, el auditor crece conociendo los procesos internos, comenzando su vida laboral en los departamentos de contabilidad, tesorería, etc.; pudiendo llegar a futuro a la jefatura de finanzas. Si los postgrados y habilidades blandas lo(a) acompañan, pueden llegar a una gerencia.
Un jefe de finanzas, debe velar por el adecuado funcionamiento de la empresa, respetando las leyes y normas de control interno. Debe conocer todos los movimientos financieros de ella. No puede salir un peso de la institución sin identificar el destino, y por su parte reconocer todas las fuentes de ingreso. El pilar de control en este caso, es la cartola bancaria, en donde el banco informa todos los movimientos de dinero de un periodo determinado.
En las compras, el jefe de finanzas se empapa de las adquisiciones ya que, las autorizó, verificó su realización y aprobó el pago de la factura correspondiente. Para esto tiene un equipo a cargo, separado en departamentos para evitar la colusión entre ellos. Es un profesional con una gran responsabilidad sobre sus espaldas.
Pero esto no es la realidad de los PYME y sus contadores externos. Estos últimos se dedican a asesorar laboral y tributariamente a sus clientes, resumiendo el resultado de su negocio en un balance general o flujo de caja, confeccionando posteriormente declaraciones juradas y de renta, con los ajustes tributarios según el régimen del contribuyente.
Pero el contador externo ¿tiene incidencia en las decisiones de compra de su cliente? No. ¿trabaja revisando todos los ingresos financieros de sus clientes, confeccionando libros bancos y conciliando con las cartolas bancarias? No. Porque el PYME es un contribuyente, que lleva sus cuentas “en la uña”, y no cree necesario pagar a un contador para que le llame la atención por montos que no cuadran en su contabilidad y además se entere en que gasta su dinero. De hecho, en algunos casos los PYME son tan desordenados, que mezclan dineros personales con los de la empresa. Es decir, sus cuentas corrientes o vista son un caos; y que ordenar, tiene su precio.
Por ende, malamente los organismos fiscalizadores pueden suponer que el contador externo tiene injerencia en las decisiones del PYME. No es un jefe de finanzas, es un asesor externo que apoya en el cumplimiento laboral y tributario, de acuerdo a lo que informa el contribuyente, siendo este último el responsable de su autodeclaración. De hecho, la declaración de renta manifiesta oportunamente si la empresa lleva la cuenta caja o banco. Y en las compras es el SII que las acepta automáticamente después de 8 días de recepcionada la factura. No comencemos cacerías de brujas en los profesionales contables. Es más rentable orientar y pedir su apoyo, sincerando además en la comunidad, el rol e importancia del contador, para la transparencia de sus procesos comerciales.