Pese a las condiciones climáticas adversas para época estacional, la lluvia y el viento no fue impedimento para que decenas de feligreses que, como en cada segundo domingo de enero, llegaran hasta el santuario de la Virgen de Montserrat en la comuna de Río Verde para rendir tributo con la tradicional procesión.
En el marco de esta festividad religiosa hubo dos eucaristías, ambas encabezadas por el obispo diocesano, Óscar Blanco. Este año, a diferencia de anteriores, se realizó al interior de una carpa para resguardar al público asistentes.
Al respecto, la alcaldesa Tatiana Vásquez, dijo que este fue un servicio arrendado por el municipio. ”Esperamos que la virgen les entregue mil bendiciones a los feligreses, también para la comuna y sus habitantes, que bendiga sus mares y sus praderas, y todo lo que signifique progreso”, señaló.
Los devotos rindieron sus agradecimientos por sus favores concedidos, con ofrendas florales y velas, realizando la tradicional caminata hacia la gruta natural que se ubica a poco más de 20 kilómetros de Villa Ponsomby.
El obispo diocesano, Óscar Blanco, afirmó que la Virgen Montserrat es quien intercede, y es por eso que se le debe el agradecimiento por “cuidarnos, porque ella es una madre que consuela, y eso es lo que hoy (ayer) quisimos celebrar”.
Esta festividad religiosa se ha arraigado como una costumbre por más de 30 años en nuestra región, donde se manifiesta la fe de los devotos agradeciendo sus mandas, los favores concedidos y, sobre todo, la petición para la protección a sus familias.
Finalmente, Mariela Chilaguey, una de las feligresas que asistió a la procesión, comentó que es una tradición de todos los años: “Vengo porque a mi esposo le gusta venir todos los años donde la virgen, él viene hacer su petición privada. Mientras que yo, vengo a pedirle por salud para mí y para mis nietos”.