Fue en la reunión de gabinete del lunes que se les informó a los secretarios regionales ministeriales (Seremis) la decisión: Daniel Pacheco Henríquez, economista, fan de Mario Marcel (cumplió su sueño de conocerlo), de Claudio Bravo (a él todavía no) y de la cazuela de luche, vecino distinguido por el Barrio 18 de Septiembre por su rol durante la pandemia (repartió comida de las ollas comunes), desde el próximo viernes 14 de febrero deja el cargo de jefe de gabinete de la Delegación Presidencial Regional (DPR) de Magallanes y la Antártica Chilena.
Quizás llenar páginas del diario local con la noticia pueda ser contrario al rol mismo del cargo, que es más bien “desde las sombras”; pero es por el sello que dejó estampado el propio Pacheco en los seremis y los funcionarios de la Delegación que cobra especial importancia: “El ícono de la sensatez”, le dijo una vez una secretaria regional; con visión de Estado que impregnaba de tranquilidad a la oficina misma; “resolutivo y metódico”, señaló una cercana colaboradora de él (“el que resuelve”, también apareció alguien diciendo); incluso un poco omnipresente: se fijaba de la agenda, de la administración de la DPR y por cierto, como frenteamplista, de la labor política.
Hay cosas atípicas en él, eso sí. Por ejemplo, que haya tenido una prometedora carrera como portero en el fútbol profesional, jugando incluso en el Everton de Viña del Mar, y que haya derivado en ingeniería comercial con militancia política partidista activa (futbolista y economista); o que entre todos los funcionarios de Gobierno fuera el único que ocupara corbata, “desentonando”, si se quiere, incluso con el Presidente Gabriel Boric (“ni siquiera ha venido con la camisa sin planchar alguna vez”, transparentó una funcionaria).
Ahora bien, no fue una sorpresa para el delegado presidencial regional José Ruiz. Es más, era algo que se había anunciado como una posibilidad hace ya varias semanas atrás: algo en la dinámica familiar del propio Pacheco podía cambiar. Y esa sensatez se traspasó también hacia el círculo íntimo.
Lo que se sabe hasta ahora es que aprovechará lo que queda de febrero para descansar en la misma Región de Magallanes y ya a mediados de marzo comenzará a preparar su nueva vida en la ciudad de Valdivia, encabezada por su correligionaria Carla Amtmann. Aunque no tendría mayor relación con ella ni con la facción de su partido allá, pues volvería a la militancia de base. También estaría en sus planes realizar un magíster en Historia, con foco económico, centrado en la cooperativa Cacique Mulato.
Su labor
Quienes lo conocen, ven que hay en él la satisfacción de haber hecho una buena labor, pese a las circunstancias del cargo (primero con Luz Bermúdez, luego con Ruiz Pivcevic): por ejemplo, el haber ejecutado el programa Lazos, centrado en el apoyo a familias para que niños, niñas y adolescentes crezcan em ambientes seguros (aunque en el resto de Chile es algo que ejecuta la municipalidad local); o el haber empujado a una descentralización efectiva en materia de construcción de viviendas y Plan de Emergencia Habitacional, llevándolo a comunas como Primavera o Natales. O en lo político, ser el agua fría (u otra vez la sensatez) frente a los timoneles de los partidos cuando se pasaban de rosca con exigencias.
Hay algo que sí extrañarán en la oficina: Pacheco era conocido por su buen humor en general, sin dejar de lado lo estricto del cargo. Cuando los funcionarios se pasaban el rato hablando de lo que se habla en una oficina cuando no es de trabajo (el fin de semana, las vacaciones, algún pelambre, cosas por el estilo), era el jefe de gabinete quien marcaba el fin del tiempo de distensión con una frase precisa, una señal para cualquiera que lo conociera. Esa palabra que era también el fin de un momento, sino de un ciclo: “ya”.
¿Quién es Carolina Leiva, la reemplazante de Pacheco?
Circunstancias como la de dejar sin jefe de gabinete a una institución de tanta relevancia como la Delegación Presidencial Regional de Magallanes y la Antártica Chilena no permite espacio para una búsqueda amplia de reemplazo. Por eso es que lo que hicieron en la Delegación fue mirar en las propias filas de las secretarías regionales ministeriales (Seremis), con énfasis en la experiencia y la afinidad política. Por ello fue que llegaron a la jefa de gabinete de la seremi de Salud, Carolina Leiva.
Fonoaudióloga de profesión, frenteamplista por convicción, con amplia experiencia en el ejercicio de la misma e incluso en la docencia en instituciones de educación superior según su LinkedIn, quienes la conocen destacan que ella misma “conoce muy bien la administración pública, la gobernanza”. A tal punto que la evaluación general entre sus pares de las otras carteras es que “lo ha hecho muy bien”, sorteando no pocas dificultades: el abastecimiento de los recintos médicos de la región durante la discusión de la Ley de Presupuesto, o poniendo sobre la mesa la necesidad de un centro para el tratamiento del cáncer en la comuna de Porvenir.
Uno de los innegables atributos con los que se le asocia es el de tener impactantes habilidades blandas (creatividad, resolución de conflictos, organización, liderazgo), que es algo que resienten del equipo del delegado José Ruiz Pivcevic.
Los desafíos, por lo pronto, no son pocos: el caso de violación por parte del exjefe de gabinete de la Delegación Presidencial Provincial de Última Esperanza ha trascendido el debate regional, llegando incluso a medios de circulación nacional. Es, probablemente, el primero de los problemas de Leiva deberá sortear.