El camino Vicuña - Yendegaia representa un rayo de esperanza y desarrollo para la región de Magallanes y la Antártica Chilena. Este ambicioso proyecto, cuyo objetivo es conectar físicamente las provincias de Tierra del Fuego y Antártica Chilena, ha enfrentado numerosos desafíos debido a su complejidad y a las difíciles condiciones geográficas y climáticas de la zona.
A pesar de estas dificultades, el gobierno se ha comprometido firmemente a tener el camino terminado para el año 2031 El trabajo en Caleta 2 de Mayo es un ejemplo del esfuerzo monumental, que implica este proyecto. La senda de penetración, con su impresionante belleza escénica, no solo busca integrar el territorio, sino también fomentar el turismo y el desarrollo sostenible. Las autoridades han destacado la importancia de esta obra para la soberanía y la conectividad de la región, subrayando el trabajo conjunto entre el Ministerio de Obras Públicas, el Ejército y el Gobierno Regional
La meta de finalizar el camino en 2031 no sería posible sin el esfuerzo continuo y la dedicación de todos los involucrados. El uso de maquinarias adicionales y turnos dobles refleja el compromiso del Gobierno y el Ejército para cumplir con este desafío. La finalización del camino Vicuña - Yendegaia abrirá nuevas oportunidades para el turismo y el desarrollo económico, consolidando a Magallanes como un destino de clase mundial y mejorando la calidad de vida de sus habitantes, afirman las autoridades.
El camino Vicuña-Yendegaia representa un proyecto de gran relevancia para la región de Magallanes y la Antártica Chilena, simbolizando la esperanza y el desarrollo para la zona.
Este ambicioso proyecto, cuyo objetivo es conectar físicamente las provincias de Tierra del Fuego y Antártica Chilena, ha enfrentado numerosos desafíos debido a su complejidad y a las difíciles condiciones geográficas y climáticas de la región.
La idea inicial del proyecto surgió en 1995 durante el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, con el objetivo de integrar el territorio y fomentar el turismo en la región de Magallanes. Sin embargo, en esa época no se realizaron trabajos significativos, y el proyecto permaneció en fase de planificación y estudios iniciales. Fue con el paso de los años, y con el compromiso de distintos gobiernos, que el proyecto comenzó a tomar forma y avanzar hacia su concreción.
Uno de los momentos clave en el desarrollo del proyecto fue durante el gobierno de Michelle Bachelet (2006-2010 y 2014-2018), cuando se impulsaron acciones concretas para avanzar en la construcción de la carretera. Se realizó inversiones significativas y se fortalecieron las capacidades del Cuerpo Militar del Trabajo (CMT), encargado de llevar a cabo las obras en una de las zonas más inhóspitas y de difícil acceso del país.
Pero, ésta ha sido una obra transversal, en la cual todos los gobiernos han contribuido significativamente.
El avance real del proyecto tomó mayor impulso durante los gobiernos de Sebastián Piñera (2010-2014 y 2018-2022), con un enfoque en la ejecución de obras y la dotación de recursos adicionales. La administración de Piñera se comprometió firmemente con la finalización del camino, destacando la importancia estratégica y turística de la ruta Vicuña-Yendegaia. Durante su mandato, se avanzó significativamente en la construcción, logrando un progreso del 68%.
El actual gobierno del Presidente Boric ha continuado con el compromiso de sus predecesores, reafirmando la meta de concluir el proyecto en el año 2031. Boric ha destacado la importancia de la conectividad y el desarrollo sostenible para la región de Magallanes, y ha impulsado la colaboración entre el Ministerio de Obras Públicas (MOP) y el CMT para avanzar en la construcción de la carretera.
ENORME DESAFÍO
El proyecto ha enfrentado numerosos desafíos a lo largo de su desarrollo. Uno de los principales problemas ha sido el acceso a la zona, ya que se encuentra en una de las áreas más lejanas y de difícil acceso de Chile.
Las condiciones climáticas extremas y el terreno complicado, con suelos saturados y rocosos, han dificultado la construcción. Además, ha sido necesario proteger el medio ambiente y los sitios arqueológicos presentes. El hallazgo de restos arqueológicos generó demoras durante meses.
Pero, la dedicación y los esfuerzos del personal del CMT, que ha trabajado a doble turno y con maquinarias adicionales, han sido cruciales para avanzar en la obra.
Su trabajo en los escarpados riscos de la ruta, abriéndose paso a través de terrenos imposibles, simboliza el esfuerzo y la esperanza de una región comprometida con su futuro.
La senda de penetración de gran belleza escénica, parte de la ruta Y-85, busca no solo conectar físicamente las provincias de Tierra del Fuego y Antártica Chilena, sino también fomentar el turismo y el desarrollo sostenible en la región. Las autoridades han destacado la importancia de esta obra para la soberanía y la conectividad de Magallanes, subrayando el trabajo conjunto entre el MOP, el Ejército y el Gobierno Regional.
El delegado regional presidencial, José Ruiz Pivcevic, expresó su satisfacción con el desarrollo de las obras y reconoció el inmenso trabajo realizado por el MOP y el CMT.
El seremi de Obras Públicas, José Luis Hernández, afirmó que el proyecto se completará en 2031 y subrayó el esfuerzo conjunto del Gobierno y el Ejército.
El teniente coronel Rodrigo Vergara, del CMT, jefe de la Subjefatura Zonal del Cuerpo Militar del Trabajo de Magallanes resaltó el desafío de conectar áreas aisladas con sectores urbanos, reafirmando el compromiso del Ejército con el país.
IMPACTO
El impacto de la ruta Vicuña-Yendegaia será significativo para la región de Magallanes. Una vez finalizada, permitiría unir Punta Arenas con la Bahía Yendegaia en unas 16 horas, según algunas estimaciones, lo que impulsará el turismo y el desarrollo económico, consolidando a Magallanes como un destino de clase mundial y mejorando la calidad de vida de sus habitantes.
En resumen, el proyecto de la carretera Vicuña-Yendegaia es una obra titánica que ha enfrentado numerosos desafíos a lo largo de los años. Sin embargo, el compromiso de diferentes gobiernos y el esfuerzo conjunto del MOP y el CMT han permitido avanzar en su construcción.
Con una inversión significativa y una fecha en mente, este proyecto simboliza el esfuerzo y la esperanza de una región comprometida con su futuro, y promete abrir nuevas oportunidades para el desarrollo sostenible incorporando así al conjunto del territorio regional, incluidos los sectores más inaccesibles.