El ambiente tuerca regional y patagónico está de luto tras el fallecimiento, en el día de ayer, del destacado y querido piloto regional de automovilismo Pedro Aguilar Cuevas.
Hablar de Pedro significa recorrer muchos años de competencia, remontándose a los grandes desafíos en el Gran Premio de la Hermandad, donde logró hacer historia en recordadas carreras, así como también en el Autódromo de Cabo Negro y, sobre todo, en la carrera de las Tres Horas de Puerto Natales, donde pudo ganar en tres ocasiones.
En el año 2016 pudimos conversar en el programa “Ídolos del deporte”, donde recorrimos brevemente su trayectoria deportiva. A continuación, le dejamos un extracto de aquella entrevista:
- ¿Qué nos puede contar de sus inicios en el deporte?
“Mis inicios en el deporte tuerca, así como el de toda mi familia, nacen por la admiración deportiva hacia un tremendo corredor como lo fue Marcos Lausic. Recuerdo los años de sus inicios deportivos y que, para mí, esta historia me toca muy de cerca, ya que mi padre trabajaba con él. Me embarcaban para ir a probar el auto cuando tenía 10 años.
Personalmente, creo que Marcos Lausic fue un gran ídolo en Tierra del Fuego, como persona, deportista, empresario y un gran ejemplo en su momento para toda la juventud de la época. Entonces, uno comienza a copiar esos buenos ejemplos de un deportista de este nivel, y así nace poco a poco toda la motivación por este deporte.
Todo este entusiasmo parte cuando tenía 15 o 17 años, en el momento en que conocí a don Lorenzo Lazebich, quien vivía cerca de mi casa, en la calle Croacia. Él tenía un taller y varios autos de carrera. Poco a poco fuimos forjando una gran amistad, y yo le ayudaba a lavar piezas, hacer las compras de los repuestos, y así me fui metiendo en los fierros. Esto me permitió conocer a personas como el gran Arturo ‘Tuli’ Solo de Zaldívar, un tremendo corredor, conocer a ‘Tato’ Luksic y a tanta otra gente del automovilismo”.
- ¿Cómo fueron sus primeras experiencias compitiendo en el automovilismo?
“La verdad es que, a lo largo de mis años dedicados a este deporte, he pasado y vivido muchas experiencias. Mis inicios competitivos fueron como copiloto de Juan Carlos Veros, en los rallys de Tierra del Fuego, y así fui copiloto de muchos grandes. Cuando decidí correr solo, lo hice en mi primera carrera con un auto prestado por Iván Kusmanic, otro gran hombre del automovilismo. En esa primera carrera volqué, por lo que la devolución del auto no fue en las mejores condiciones (sonríe). Más tarde, una vez que Iván reparó el auto y lo dejó en buen estado, logré comprárselo definitivamente y volví a correr.
Recuerdo que, junto a Iván, en esa instancia fuimos a correr el Gran Premio de Tierra del Fuego con un Mazda 808, un auto muy rápido, que incluso llegaba a alcanzar los 180 km/h en recta, una gran velocidad para entonces.
Mi primera carrera en Cabo Negro fue en la categoría 1.000 c.c. y realicé una muy buena competencia, aunque no pude concluirla por problemas mecánicos. Sin embargo, me dio la experiencia y claridad para lo que vendría más adelante.
Después de eso, compré un auto Honda, que era de ‘Lalo’ Mladinic, y con ese fuimos a competir en las Tres Horas de Puerto, pero rompimos una pieza en medio de la prueba y no pudimos terminarla.
Tiempo después, compré un Suzuki Geometro, lo implementamos muy bien y me dio el privilegio de ganar las Tres Horas de Natales en tres oportunidades en la historia de esta prueba”.
- ¿Cuáles fueron sus triunfos más importantes?
“Los triunfos importantes se valoran de acuerdo con la experiencia ganada y los sentimientos vividos en su momento. Creo que uno de los más significativos de mi vida fue la carrera realizada en el Gran Premio de la Hermandad como copiloto del deportista que más admiraba: Marcos Lausic. Él logró volver a correr esta prueba después de 30 años fuera de la pista.
Sin duda, para mí fue un gran desafío y un tremendo privilegio darle ese triunfo a Porvenir en una carrera que involucraba muchos sentimientos. Marcos Lausic prácticamente era como mi segundo padre, y me marcó la llegada a la meta cuando, al mirarlo de reojo, lo vi con lágrimas en los ojos. Fueron momentos muy lindos y especiales.
Esa carrera tuvo vivencias únicas, como la traída de un auto desde Alemania y la presencia de Duslo Domic, comandante y creador de esta competencia, junto a otros grandes dirigentes del deporte como ‘Cochecho’ López, Guillermo Veros y Antonio Vukasovic. Ellos fundaron esta carrera con la finalidad de estrechar aún más la hermandad entre estos dos pueblos amigos. A pesar de los complicados momentos vividos con Argentina en 1978, la competencia nunca ha dejado de realizarse, manteniendo el espíritu de convivencia y sana amistad que perdura con los años.
No puedo dejar de nombrar los triunfos obtenidos en las Tres Horas de Puerto Natales”.
- ¿Qué es lo mejor que le ha dejado el deporte?
“Sin duda, los amigos, las amistades y el desarrollo de una carrera deportiva que me ha permitido tener vivencias como piloto y acumular experiencias de vida. Algo que, en algún momento, me gustaría revivir con mi hijo.
La juventud de hoy en día no escucha ni mira hacia atrás para entender cómo se escribió cada historia en el automovilismo. Me encantó ver a Ravena y Javier Barría compartiendo con todos los chicos”.
- Si tuviera que resumir tres momentos importantes vividos en el deporte, ¿cuáles serían?
“Es difícil resumir tantos momentos vividos e importantes en mi trayectoria deportiva, pero creo que serían los siguientes:
1. Haber visto ganar a mi hijo en ciclismo en la última competencia vivida, el ‘Premio Alfredo Lanza’, peleando contra cuatro argentinos, después de haberlo llevado toda la vida desde muy pequeño al velódromo y haber estado siempre a su lado.
2. El triunfo obtenido con Marcos Lausic como copiloto al ganar el Gran Premio de la Hermandad, en su regreso después de 30 años.
3. Los triunfos obtenidos en las Tres Horas de Puerto Natales y el segundo lugar logrado recientemente en mi regreso después de muchos años de competencia”.
- ¿A quiénes tendría que agradecer a lo largo de su trayectoria deportiva?
“Sin duda, a mi señora, el gran pilar de todo esto, al apoyo incondicional de toda mi familia, a los auspiciadores y a los amigos. Esos verdaderos amigos que están en el colegio y en el deporte”.