En sólo 4 días se realizarán las primarias y al final del día la centro-izquierda habrá elegido su candidatura presidencial. Dos dudas se habrán esclarecido: si se logró convocar masivamente al electorado y si el liderazgo elegido es capaz de convocar a la construcción de una alianza con opción de gobierno. Para ello es fundamental que los independientes se movilicen a votar el próximo domingo y que el ganador o ganadora se imponga con cierta holgura.
El retraso excesivo de los partidos de centro-izquierda en la nominación de sus candidaturas provocó una gran apatía en el electorado, tanto así que ha costado visibilizar la campaña y a éstas mismas. Sólo la confrontación, algo fratricida, entre los y las candidatas ha logrado despertar el interés por la primaria, visibilizando la elección y a cada postulante; quizás por ello casi 1.5 millones observó el debate del pasado domingo y muchos han empezado a consultar sobre su local de votación. Sólo en la última semana se ha empezado a sentir síntomas de un proceso electoral.
Las primeras reacciones post primarias serán fundamentales para la viabilidad de la candidatura de la centro-izquierda, de cara a noviembre y la primera vuelta presidencial. Las primeras declaraciones de los líderes de los partidos del pacto el lunes 30 de junio, luego del Habemus candidatus de la noche anterior, marcarán la ruta del éxito o fracaso de nuestra opción presidencial. Debe haber claridad que las diferencias quedaron atrás y que el liderazgo elegido es capaz de encarnar y conducir un proyecto común y unitario de las 4 almas del pacto. Las señales y compromisos de unidad deben ser claros y honestos y las primeras medidas deben indicar el camino común que se inicia de inmediato, con inclusión, con participación, con contenido, con tolerancia, pero con urgencia. La honestidad y la mesura deben ser ingredientes vitales de las primeras horas.
¿Qué camino iniciamos el lunes 30? Elegir un abanderado o abanderada del pacto es la parte más fácil de nuestro proceso electoral. Tener un proyecto común, respetando nuestras identidades y diferencias, es quizás el mayor de nuestros problemas. Una cosa que ha quedado claro en la campaña de primarias es que las cuatro candidaturas tienen diagnósticos muy similares, pero visiones y opciones distintas para los problemas más urgentes de la ciudadanía. Aumentar la participación e integrar la ciudadanía, rescatando las buenas ideas y propuestas de todas las candidaturas con rapidez para la construcción de un proyecto y programa de gobierno es una acción prioritaria y urgente.
El o la candidata electa en primarias jugará un rol gravitante. La candidatura debe ser capaz de convocar, integrar y liderar rápidamente. Empoderarse del triunfo, sin soberbia ni exclusión, debe ser la forma de buscar definiciones comunes para el nuevo ciclo político que iniciamos. Más allá de las identidades y las legitimas diferencias, el liderazgo elegido debe buscar consensos programáticos, con un profundo sentido de realidad y viabilidad, sin abandonar esa necesaria mirada transformadora de futuro. Avanzar en cambios, procurando cambios estructurales, aunque graduales, que nos acerquen a una sociedad más justa y solidaria.
El lunes 30, habiendo ganado o perdido, debemos recordar que el objetivo político de acordar primarias, para elegir una candidatura única, es ser alternativa electoral y programática frente a la derecha. La idea es sumar ideas, visiones, proyectos y adherentes con honestidad y transparencia, en un clima de integración sin exclusión. Todos los partidos del pacto debemos rechazar todo intento de veto o sectarismo más allá de las legítimas diferencias y cuidar el pacto y su proyección. El lunes 30 todos debemos sumarnos con lealtad a quien resulte electa o electo en la primaria presidencial y ayudar a construir nuestro proyecto progresista de gobierno, con visión integrada de futuro, con cohesión política e ideológica. El lunes 30 debemos dejar de ser un pacto por conveniencia y sobrevivencia para dar paso a una Coalición de Gobierno que se perfile con claridad frente a los problemas del Chile actual y una derecha conservadora.