El próximo 4 de julio, la ciudad más austral del continente se impregnará de aroma marino y sabor patagónico con la apertura oficial de AIMA, el restaurante que promete transformar el panorama culinario de la Región de Magallanes.
El proyecto, impulsado por Martín Perdomo y su equipo de socios, nace de un flechazo con la majestuosidad de Tierra del Fuego. “Cuando uno llega hasta aquí y ve lo que esta tierra ofrece, es imposible no soñar con algo grande”, comenta Perdomo. De ese sueño surge AIMA: una propuesta gastronómica honesta, comprometida con la frescura de los ingredientes y la esencia más pura de la cocina natural.
El nombre AIMA, proveniente del idioma Yagán, significa “bueno, no más, no menos”. Y esa filosofía se plasma en cada plato. La cocina del restaurante respeta profundamente el producto -centollas, ostiones, erizos, cordero- y lo presenta sin artificios, confiando en que la naturaleza es el mayor artista. “Nosotros sólo tenemos que tratar esa obra con cuidado y llevarla a la mesa”, asegura Perdomo.
El espacio, cuidadosamente concebido para ofrecer una experiencia sensorial completa, lleva el sello del arquitecto Juan Pablo Violic. El diseño de interiores estuvo a cargo de Pablo Larroulet y Maca Whittle, quienes lograron traducir la estética salvaje y sobria de la Patagonia en un ambiente cálido, contemporáneo y profundamente arraigado al territorio.
Con 30 cubiertos diarios, cenas de lunes a sábado y almuerzos dominicales bajo reserva, AIMA comienza su marcha blanca en julio, para luego abrir en horario continuado a partir de agosto. Una apuesta poco común en Punta Arenas, pero que apunta a ofrecer una vivencia gastronómica más fluida y accesible.
AIMA no es sólo un restaurante: es un manifiesto. Rechaza lo industrializado y abraza el “real food”, reivindicando ingredientes de calidad, tratados con respeto. Trufas del Lago Ranco, hornos especiales traídos de España para el cordero, y una carta de maridajes cuidadosamente curada, reflejan el deseo de elevar la cocina local sin perder autenticidad.
La propuesta también contempla opciones vegetarianas, libres de gluten, sin alcohol y diseñadas para públicos diversos. Mocktails, platos de temporada y colaboraciones con chefs de distintas regiones prometen renovar constantemente la oferta y convertir cada visita en una experiencia única.
Con alma chilena y corazón patagónico, AIMA llega no sólo a nutrir el cuerpo, sino a enriquecer el encuentro, el diálogo y el asombro ante lo que la tierra generosamente ofrece.
La experiencia AIMA comenzará oficialmente el próximo 4 de julio en calle Errázuriz 970. Durante el mes de apertura, el restaurante funcionará con capacidad limitada y exclusivamente con reserva previa. Para reservar mesa y ser parte de esta experiencia patagónica única, contactar a través del Instagram: @aimarestaurant.