Con una andanada de 400 drones Shahed y un misil balístico, Rusia atacó cuatro ciudades ucranianas este 16 de julio y dejó al menos 15 personas heridas, declaró la Fuerza Aérea ucraniana.
Los ataques, que tuvieron como principal blanco la infraestructura energética, fueron perpetrados contra cuatro ciudades: Járkiv, en el noreste y la segunda urbe más grande de Ucrania, Krivói Rog, en el centro del país y ciudad natal del Presidente Volodímir Zelenski, Vínnytsia, en el occidente, y Odessa, en el sur.
La Fuerza Aérea del país invadido desde hace más de tres años afirmó haber derribado la mayoría de los drones, pero señaló que 12 objetivos fueron alcanzados por 57 drones y el misil.
Las embestidas causaron el corte del suministro eléctrico para 80.000 familias en Kryvyi Rih y otras localidades de la región de Dnipropetrovsk, según informó la mayor empresa privada de energía de la nación atacada, DTEK.
Estos bombardeos llegan en medio de una creciente ofensiva rusa contra áreas civiles y después de que el pasado lunes 14 de julio el Presidente de EE.UU., Donald Trump, amenazara al Kremlin con “aranceles del 100%”, si no alcanza un acuerdo que conduzca a una tregua en un plazo de 50 días, el cual vence el próximo 2 de septiembre.
“Rusia no cambia su estrategia (...) Para contrarrestar eficazmente este terrorismo, necesitamos un fortalecimiento sistémico de la defensa: más defensa aérea, más interceptores y más determinación para que Rusia sienta nuestra respuesta”, remarcó el mandatario ucraniano.
Justamente, en los últimos días, Zelenski ha elevado sus peticiones al nuevo inquilino de la Casa Blanca para fortalecer las defensas aéreas de Kiev. Trump, en un aparente giro de política, tras mostrarse en reiteradas ocasiones afín al mandatario ruso, Vladimir Putin, no solo ha advertido sanciones, sino que, además, ha prometido misiles Patriot a Kiev.