En una resolución que ha remecido a la comunidad magallánica y a la opinión pública nacional, la ministra en visita de la Corte de Apelaciones de Punta Arenas -encargada de causas de derechos humanos- decretó el cierre del sumario en la causa de Ricardo Harex González, joven estudiante desaparecido el 19 de octubre de 2001.
La resolución aún no está firme, ya que fue apelada tanto por la familia Harex González como por el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), quienes buscan impedir que el caso quede archivado sin verdad ni justicia.
El fallo, que marca un punto de quiebre tras casi 23 años de diligencias infructuosas, se fundamenta en la ausencia de nuevos antecedentes y en el estancamiento de la causa, a pesar de las múltiples investigaciones policiales, peritajes forenses y acciones judiciales desplegadas a lo largo del tiempo.
La resolución también responsabiliza a la parte querellante, que no habría propuesto diligencias pendientes, incluso cuando el tribunal otorgó una prórroga adicional para ello.
La causa, que en sus inicios fue caratulada como “sustracción de menor”, no logró reunir elementos que permitan confirmar dicha hipótesis.
Tampoco se hallaron indicios que permitan acreditar que Ricardo Harex fue detenido o secuestrado por agentes del Estado, razón por la cual el tribunal descartó la calificación de desaparición forzada conforme a la Convención Internacional sobre Desapariciones Forzadas.
Gestión de la familia
Familiares, amigos, seres queridos y miembros de la sociedad civil organizada que han solidarizado con este sensible tema, han insistido durante años en que la desaparición del joven fue forzada y ha demandado justicia en instancias nacionales e internacionales, incluyendo el Comité de la ONU contra la Desaparición Forzada, sin que hasta ahora se haya podido establecer su paradero ni las circunstancias de su desaparición.
Sin embargo, ante este anuncio, ambos padres del joven manifestaron haberse enterado por la prensa y esperarán conversar con los abogados y especialistas en DD.HH., para evaluar las acciones a seguir para mantener vivo este caso. Sin embargo, como comenta Margot González, madre de Ricardo: “Ya habíamos pasado por esto en todo caso”.
Con el proceso de apelación en curso, la causa permanece abierta de manera provisional. Sin embargo, la decisión judicial pone al borde del cierre definitivo una de las investigaciones más dolorosas, extensas e irresueltas del historial judicial en Magallanes.