La tragedia ocurrida el pasado lunes en Torres del Paine, que dejó cinco turistas extranjeros fallecidos, puso el foco en la Corporación Nacional Forestal (Conaf), cuya administración de parques está próxima a cambiar.
En mayo de este año se comunicó oficialmente que la Conaf, una corporación de derecho privado vigente desde 1973, dejará de existir como tal y pasará a ser un servicio público, dividiéndose en dos organismos distintos:
El Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP), dependiente del Ministerio del Medio Ambiente.
El Servicio Nacional Forestal (Sernafor), a cargo del Ministerio de Agricultura.
El SBAP, creado mediante la Ley N.º 21.600, ya se encuentra en proceso de instalación y comenzará con sus operaciones oficiales el 1 de febrero del próximo año. Su rol principal es recibir la administración de las Áreas Silvestres Protegidas del Estado, como Parques Nacionales, Reservas Nacionales y Monumentos Naturales.
Lo anterior, incluye al Parque Nacional Torres del Paine. Sin embargo, el traspaso de este y otros parques no se materializaría sino hasta varios meses más, ya que la ley establece que deberán traspasarse dentro del tercer año de entrada en funcionamiento del servicio (entre marzo de 2026 y marzo de 2027).
El primer director nacional del SBAP ya fue nombrado por el presidente Gabriel Boric: se trata del ingeniero forestal y exdirector de Conaf, Aarón Cavieres Cancino.
El Servicio Nacional Forestal (Sernafor) es el continuador y sucesor legal de la Conaf, asumiendo aproximadamente el de sus funciones históricas. Se enfocará en modernizar la gestión del sector forestal, la prevención de incendios y la conservación de ecosistemas.
Entre sus funciones más importantes está elaborar el Plan Nacional para la Reducción del Riesgo de Desastres por Incendios Forestales, un instrumento de gestión vinculante y obligatorio para los miembros del Senapred.