Tras un exhaustivo proceso judicial, el Tribunal Oral en lo Penal de Punta Arenas dictó un veredicto condenatorio contra un hombre por delitos sexuales reiterados cometidos en perjuicio de su propia hija.
Los hechos ocurrieron de manera sistemática entre los años y . Según los antecedentes expuestos durante el juicio, las agresiones se producían cuando la menor —que en aquel periodo tenía entre y años— visitaba el domicilio de su progenitor en la capital regional.
La fiscal a cargo del caso, Wendoline Acuña, logró acreditar la participación del acusado mediante un sólido conjunto de pruebas que incluyeron:
Testimonio de la víctima: El relato directo y coherente de la afectada fue fundamental para establecer la dinámica de los ataques.
Peritajes especializados: Informes psicológicos y sexológicos que confirmaron la veracidad de los hechos y la magnitud del daño.
Documentación: Evidencia adicional que respaldó las circunstancias en que se cometieron los delitos.
La fiscalía enfatizó que el profundo daño emocional causado por el condenado persiste hasta el día de hoy en la joven, un factor que agrava considerablemente su responsabilidad penal.
Debido a la gravedad y reiteración de los delitos, la Fiscalía de Magallanes ha solicitado una condena de más de años de presidio efectivo. Dada la naturaleza del crimen, se pide que la pena sea cumplida sin la posibilidad de optar a beneficios de libertad extrasecuencial.
Próxima etapa: El Tribunal informó que la lectura de la sentencia definitiva, donde se dará a conocer la pena exacta que deberá cumplir el condenado, se realizará el próximo de diciembre.
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