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EE.UU endurece política migratoria y prohíbe el ingreso de sirios y palestinos
La medida incluye a Siria y a titulares de pasaportes de la Autoridad Palestina. Según la Casa Blanca, la decisión busca impedir la entrada de extranjeros que "socaven o desestabilicen" la cultura y las instituciones de Estados Unidos.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este martes una ampliación drástica de la prohibición de viajar a territorio estadounidense, restringiendo el ingreso a ciudadanos de otros siete países y a quienes posean pasaportes de la Autoridad Palestina.
Desde la Casa Blanca se informó que el objetivo de esta política es vetar a extranjeros que "pretendan amenazar" la seguridad de los estadounidenses. El comunicado oficial añade que el gobierno busca evitar que personas de otras nacionalidades lleguen al país con el fin de “socavar o desestabilizar su cultura, su gobierno, sus instituciones o sus principios fundacionales”.
El factor Siria y el contexto en Medio Oriente
La inclusión de Siria en esta lista se produce apenas días después de un violento ataque en dicho país —donde EE.UU. mantenía presencia tras la caída de Bashar al-Assad— que resultó en el asesinato de dos soldados estadounidenses y un civil.
Por otro lado, la prohibición oficial a los pasaportes de la Autoridad Palestina formaliza una restricción que la administración Trump ya venía aplicando. Según trascendió, esta medida se alinea con la postura de solidaridad hacia Israel, frente al reconocimiento del Estado palestino que han realizado países como Francia y Gran Bretaña.
Países bajo prohibición total y parcial
La nueva orden ejecutiva afecta principalmente a naciones de África y el sudeste asiático, bajo criterios de seguridad y estabilidad institucional:
-Prohibición Total: Siria, Burkina Faso, Malí, Níger, Sierra Leona, Sudán del Sur y Laos.
-Restricciones Parciales: La Casa Blanca anunció que también se impondrán limitaciones a ciudadanos de Nigeria y a diversas naciones del Caribe de mayoría negra.
Esta serie de medidas refuerza el discurso de campaña de Trump sobre el endurecimiento de las fronteras, utilizando términos cada vez más punzantes respecto al impacto de la inmigración en la identidad y seguridad nacional de Estados Unidos.