La carrera por la Secretaría General de las Naciones Unidas ha tomado temperatura en Chile tras los últimos resultados de la encuesta Cadem. El sondeo reveló que un 52% de los chilenos considera que el Presidente electo debería respaldar la candidatura de Michelle Bachelet para liderar el organismo internacional, instalando un complejo dilema diplomático para la futura administración.
Desde el actual Gobierno, el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, fue enfático en blindar la figura de la exmandataria, haciendo un llamado a la unidad nacional. "Hay que ponerse la camiseta de Chile", señaló la autoridad, instando a las fuerzas políticas a evitar que una postulación de este prestigio derive en una disputa partidista interna.
Pese al apoyo mayoritario a nivel general, el estudio de Cadem dejó en evidencia una profunda polarización según la afinidad política:
El factor Kast: Entre quienes votaron por el Presidente electo en los últimos comicios, un 68% se opone a que Chile apoye a Bachelet, lo que supone una presión directa sobre la futura gestión de Relaciones Exteriores.
Patriotismo vs. Ideología: Para el analista Guido Larson (UDD), el respaldo ciudadano tiene un fuerte componente patriótico. "Pesa el hecho de que sea chilena y su alto nivel de conocimiento público" por sobre la coincidencia política, explica.
Señal al mundo: Por su parte, el académico Gilberto Aranda (U. de Chile) sostiene que apoyar a la expresidenta sería una señal potente del compromiso del país con el multilateralismo, en un momento de gran inestabilidad global.
Aunque el Gobierno saliente ha reforzado sus gestos hacia Bachelet, la última palabra la tendrá el próximo inquilino de La Moneda. Hasta ahora, José Antonio Kast ha mantenido su postura bajo reserva, evaluando el escenario internacional y, fundamentalmente, el sentir de su base electoral, que se muestra mayoritariamente reacia a respaldar a la ex Alta Comisionada de la ONU.