
Las clasificaciones se realizaron bajo un fuerte viento y una lluvia intermitente que no dejaba descanso y que dificultaba el rendimiento de las máquinas y arrojaba resultados “mentirosos”; los tiempos dependían de las condiciones climáticas del momento y no había mucha relación entre una categoría y otra.
A pesar de eso, el autódromo comenzó a recibir personas temprano, lo que hacía presagiar un gran marco de público en una primera fecha de campeonato. Todo eso se confirmó durante el día con un cerro lleno atestiguando la confianza y el fanatismo de la familia tuerca.
Durante la jornada se había autorizado al Club Mini de Punta Arenas para realizar paseos populares en la pista a todos aquellos que pagaran los $ 1.000 que costaba el viaje. Dinero que sería donado en su totalidad a las Jornadas por el Niño Impedido Magallánico. La actividad retrasó la largada, pero contó con la comprensión del numeroso público que esperaba la competencia.
Los primeros en salir a clasificar fueron los Chevette en ambas clases; en la clase dos el orden de largada fue 1º Sebastián Beltrán, 2º Peña J y R Llanos y 3º el joven Sebastián González.
Largaron
Sebastián González se fue en punta la primera batería y se mantuvo sólido en esa posición hasta el giro número cuatro, cuando un seguro del capó no soportó más el embate del fuerte viento y cedió, lo que obligó al novel piloto a hacer una entrada no programada a boxes para reparar, cediendo el primer lugar a la peña Llanos que se quedó con la manga. En la segunda y tercera batería logró recuperarse y se quedó con el segundo lugar de la prueba que ganó la Peña J y R Llanos, dejando a Fabián Bernales en tercero.
La clase uno quedó en deuda. No logró sumar el parque al que tenía acostumbrado al público del autódromo y la primera fecha tuvo un tibio inicio con nueve autos, a pesar de los esfuerzos que se realizaron durante el último torneo para revitalizar la categoría.
Salvo en la última batería, no hubo mayor competencia en la serie. En la manga que abrió el campeonato se pudo apreciar lo que pudo ser un duelo interesante entre el puntero José Miguel Cárdenas y Richard Pardo, que terminó cuando a Pardo se le rompió un amortiguador trasero.
El ganador de la fecha fue Luis Olivares, mientras que el segundo lugar quedó en manos de un estupendo Pablo Díaz y tercero arribó Oniel Henríquez.
Parecían más
Los pilotos de la TR 4.000 no llegaron masivamente a la pista, faltó Humberto Pacheco y a última hora Marcelo Bahamóndez tuvo un problema con la empaquetadura de la culata de su auto. Hubo pocos autos en la largada, pero no se notó.
Durante toda la jornada se prodigaron por dar un buen espectáculo, en la primera batería daba la impresión que no podrían mantener ese ritmo durante el día, pero Erick Tejeda, Julio Gómez, Alexis Ravena y Guillermo Almonacid lo hicieron. Llenaba tanto la vista la disputa por el primer lugar que no se notaba que el resto de la pista estaba vacía. Corrían puerta a puerta y no se dieron respiro hasta el final.
La carrera fue ganada por Ravena, el segundo lugar fue para Gómez y el tercero para Almonacid, en una categoría que sólo necesita tres autos más para ser la vedette de Cabo Negro.
TC 2000
La categoría no pasó la prueba. Ha costado que prenda, y no es sólo por el parque, que en este caso fue de siete máquinas. Es más bien por el hecho que no logra plasmar la modernidad de las máquinas y el entusiasmo de los equipos en la pista y traspasarlo a cerro, algo que sí ocurrió con la categoría mayor.
El ganador fue Luis Vera, segundo fue Marco Ovando y tercero remató Horacio Boccazzi.
El plato fuerte
Una de las razones por las cuales se llenó el autódromo fue la presencia de las mujeres en la Lada, no cabe duda. Y las “chicas” cumplieron.
Hay buena onda entre las mujeres que corrieron ayer y se nota. Trasciende al entorno de boxes y es, según algunos, porque no hay rivalidades creadas entre ellas o bien porque se han reunido en múltiples convivencias, según otros.
Había altas expectativas respecto a lo que harían y una morbosa curiosidad por ver qué errores cometerían; pero no. No hubo “condoros”. Por el contrario, lograron hacer sonar los claxon del cerro que las premió “a rabiar por su actuación, incluso en la curva de la laguna el público abandonó sus autos para saludar la última vuelta.
Durante la semana, las pruebas habían sido auspiciosas, por lo que había curiosidad en lo deportivo.
El aviso lo dio en la mañana Karina Díaz, hija de Sergio “Mellizo” Díaz, que hasta hace algunas semanas no se había decidido a participar y ayer hizo la pole sobre el auto de Camilo Barbería.
En la primera manga, Katica Masle cometió un error en la largada que le costó remar desde muy atrás para lograr una remontada épica, relegando a Díaz al segundo lugar.
La segunda batería fue para Katica y en la tercera se impuso Andrea Quezada.
Finalmente, la ganadora de la carrera fue Karina Díaz, la rápida y regular “Hija de Tigre”, segunda quedó Katica Masle, quien fiel a su estirpe fue la de mejor crono en carrera y tercera arribó la sorprendente Andrea Quezada, que fue de menos a más durante todo el día.
Las tres completaron un podio que debió haber sido más grande para que quepan todas.
Su entrega, justificó soportar el riguroso clima de ayer e hizo volver a escuchar las bocinas de las 1.500 personas que coparon en el cerro.