
“No se cumplieron los pasos previos para llegar a una expulsión. Primero tiene que haber amonestaciones y el alumno tiene que estar condicional, pero mi hijo nunca estuvo condicional, simplemente lo expulsaron”, afirmó la apoderada.
Incluso, Soto asegura que al alumno le reprochaban que poseía una beca del establecimiento. “Hubo una persecución sicológica. Pedí ayuda al colegio para que pudiera asistir al sicólogo, pero ya no había. En vez de ayudarme, si ellos consideraban que mi hijo tenía problemas, lo marginaron”, enfatizó.
La familia posee un documento que detalla las faltas del menor y las inasistencias, donde se indican fechas que no corresponden a días de clases.
Actualmente, el alumno no posee matrícula y está en riesgo de perder el último año de su escolaridad.