
En el intertanto el padre y sus hijos, Diego y Julio, recordaron que Daniel era un joven entusiasta, que participaba en diversas actividades, como básquetbol, en la banda de guerra, fue brigadista en los Bomberos, bailaba cueca y practicaba danza. “Mi hermano siempre andaba con la sonrisa en los labios y fue buen alumno”, comentó Daniel.
Dany estaba navegando y por Isla Navarino el capitán le avisó del deceso de su hijo. La compañía hizo las gestiones para trasladarlo a Puerto Williams y de ahí a Punta Arenas en avión. Aprovecharon también de agradecer a la Cuarta Compañía de Bomberos, a Enap, donde trabaja Julio, y el afecto cariñoso de toda la familia y conocidos en estos duros momentos.
Fortaleza
El director del Instituto Don Bosco, sacerdote Pedro Pablo Cuello, ofició la misa, ocasión en que entregó a los padres y hermanos un mensaje de esperanza. “Estamos acá para que Dios les de la fortaleza que necesitan ustedes para llevar adelante esta cruz, frente a lo que significa la pérdida de un hijo”.
Dijo entender y comprender este momento, “porque el dolor más grande que puede sufrir una madre es la pérdida de un hijo, pero también sabemos, por la palabra de Dios, que con la muerte no se acaba todo”.
Minutos antes de finalizar el oficioso religioso la madre Eliana sufrió un desmayo en la primera banca de la iglesia y luego fue asistida y retirada en la camilla de la ambulancia de la Bomba Croata.