
Esta es la sanción que recibió Mauricio Guillermo Almonacid Águila quien fue empleado de confianza de la empresa de ventas de productos para la construcción, Diteco, de propiedad de Ricardo Saquel Venegas. En su condición de administrativo contable, desde noviembre de 2002 a diciembre de 2005, se encargaba de llevar la contabilidad, de efectuar las declaraciones y pagos tributarios y de requerir directamente a los representantes de la empresa los dineros para estos pagos.
De acuerdo con la acusación que en su momento presentó la fiscal Alejandra Guevara, “con el objeto de lucrarse y aprovechando su puesto en la empresa y la confianza que le tenían los dueños y representantes legales de la misma procedió, desde fines de diciembre del año 2002 y hasta el año 2005, a engañarlos haciéndoles creer que requería mayor cantidad de dinero para el pago de las declaraciones tributarias de la empresa, incluso presentándole formularios por montos diversos a los que realmente correspondían cancelar y así obtener de éstos sumas de dinero en exceso, para luego llenar nuevamente otros formularios 29 de declaraciones y pagos tributarios ante Impuestos Internos por sumas menores y poder quedarse con la diferencia de fondos y a veces usarla para pagar tributos de otras personas, en especial de personas a los que el acusado también en ese período les llevaba la contabilidad”.
Incluso, “para mantener en el engaño a los dueños de la empresa y hacer cuadrar sus declaraciones simulaba créditos fiscales, confeccionaba nuevamente declaraciones tributarias formulario 29 y hacía rectificaciones a fin de poder quedarse con el dinero o usarlo para otros fines, lo que trajo aparejado un perjuicio para la empresa no sólo en la diferencia del dinero que el imputado se apropiaba directamente, como producto de estos engaños sino que por concepto de multas , reajustes e intereses por declaraciones irregulares y deudas ante el Servicio de Impuestos Internos y Tesorería General de la República , ascendiendo dicho perjuicio a una suma que bordea los 36 millones de pesos”.
Estos hechos fueron descritos como “estafa residual”, en grado de consumado e inicialmente la fiscal solicitaba una pena de 540 días de presidio y multa de 15 UTM ($ 563.505).
Culpable
Ayer, durante el juicio simplificado, Mauricio Almonacid admitió la acusación presentada en su contra y, por ende, el magistrado Juan Olivares determinó que “existe mérito suficiente para dictar sentencia de condena”. Favoreció al imputado la atenuante de irreprochable conducta anterior.
Por el delito de estafa el acusado fue condenado a una pena 61 días de presidio y multa de ocho UTM.