
Hasta la fecha, varias han sido las declaraciones de la intendenta Liliana Kusanovic en torno al tema, quien ha sido clara en asegurar que se trata de un proceso de reestructuración propio del inicio de un nuevo cambio para la administración pública, proceso que, aunque “doloroso”, se debía tomar como una oportunidad para hacer más eficientes los recursos del Estado.
Ayer, sin embargo, nuevamente salió al paso de esas críticas, reforzando su postura y desestimando la gravedad que los gremios ven en la medida. “Es natural que hagan sus reclamos, en estos momentos se han terminado las contratas y honorarios, porque los trabajos en los que estaban ya no corresponde seguirlos, son programas que se han terminado, es gente que ya prestó sus servicios necesarios, que ya no existe ese puesto y punto”, enfatizó.
Del mismo modo Kusanovic precisó que era necesario un ordenamiento, porque la dotación de los servicios se encontraba sobrepasada. “Debe hacerse una disminución de los equipos, porque también el personal que había en el aparataje público era demasiado, acá hubo contrataciones exageradas en tiempos anteriores y hay gente que no tiene mucho trabajo o que se han planteado trabajos que no se necesitan”, insistió la autoridad.