
Contrariamente a lo que la gran mayoría de los padres piensan, la elección de un colegio no es absolutamente libre, porque las características de los hijos hacen que la institución elegida deba cumplir ciertos requisitos para que el menor obtenga una buena experiencia en sus años como escolar.
“A pesar de que se cree que se elige en función de lo mejor para el hijo, no siempre es la escuela adecuada. Hay otros factores que influyen, ya que siempre intervienen factores inconscientes”, advirtió Barría.
Son múltiples los aspectos que afectan a los padres cuando acuden en búsqueda de una matrícula, repitiéndose en mayores oportunidades la tradición familiar, el prestigio de la escuela, la exigencia, el nivel académico, la disciplina, las materias artísticas, la proximidad, porque van los amigos, porque conoce a alguna maestra o por la cuota.
Sin embargo, pocos consideran las características del menor antes de definir en qué establecimiento solicitar matrícula, y olvidan que algunos estudiantes, por ejemplo, presentan dificultades para asistir en doble jornada porque no toleran tantas horas bajo una misma rutina y “se cansan, se dispersan, no pueden prestar atención, se ponen irritables y molestan a los demás”, explicó el director de la Escuela 18 de Septiembre.
Otro caso que se repite es la intención de los padres respecto de que los hijos aprendan idiomas, cuando en ciertas oportunidades los alumnos presentan serias dificultades en ese ámbito, pero la familia insiste en inscribirlo en establecimientos donde la asignatura es muy exigente y tampoco le prestan apoyo extra para mejorar su rendimiento en el subsector.
También se presenta la obsesión de que el menor pertenezca a cierto colegio, sin considerar las distancias, “son aspectos que pueden incidir en el aprendizaje y que a veces olvidamos contemplar. A menudo el bosque no nos deja ver el árbol”, aseveró el director.
Ante todas estas variables que afectan al momento de que un niño ingresa a la educación formal, la Escuela 18 de Septiembre ha implementado una seria de talleres de diversas disciplinas para apoyar el aprendizaje de sus alumnos.
Además, han concretado un trabajo en conjunto con la carrera de Sicopedagogía de Inacap, donde los alumnos complementan el equipo multidisciplinario que se desempeña en el establecimiento, para tratar a los estudiantes que presenten mayores dificultades.
“Nuestra escuela atiende a alumnos de alta vulnerabilidad social, cultural, afectiva y con dificultades de aprendizajes. Para ello ofrece a la comunidad una Jornada Escolar Completa con diversos programas de apoyo, proyectos educativos y sociales; talleres deportivos, artísticos y culturales, orientados a desarrollar habilidades e intereses de los alumnos y a fortalecer las debilidades en el área de Lenguaje y Matemática”, describió Barría.
Estas instancias están planificadas con el objetivo de inculcar el autocuidado, el trabajo de intervención social y, en el área de integración, apuntan a niños “con trastornos del lenguaje y retraso generalizado de contenidos, esto ha significado incorporar al equipo nuevos profesionales de las áreas de la sicología y sicopedagogía”, manifestó el director de la Escuela 18 de Septiembre.
Todas estas actividades extracurriculares deberían ser consultadas por parte de los apoderados a los establecimientos donde se espera conseguir matrícula, puesto que así la primera elección será la correcta y no se tendrá que repetir todo el proceso en diciembre del año siguiente.