Sor Silvia Vargas indica que en estas fechas son los niños los que viven más cercanamente el nacimiento del niño Jesús, sin embargo, es una realidad completamente distinta la que los menores beneficiados de esta institución viven. Emocionada dice “los más pequeños que se quedan con nosotras continúan su vida felices, no se hacen problema porque su amigo vaya a pasar esta fiesta en casa, y se refugian en el cariño que podemos darles acá”. Además indicó que son las niñas de mayor edad las que se ven más afectadas en esta época: “ellas se dan cuenta de lo que pasa, y se nota que les complica más el tema, pero de todas formas intentan realizar gestos, para con nosotras, que nos llenan de emotividad, una de ellas llegó esta mañana con cuatro galletas, una para cada una de las hermanas que estamos acá, son estos los gestos que nos llenan de emoción”. Finalmente dice “si tuviera que pedir un regalo en Navidad, sería mucho amor para nuestros niños”.