A pesar de la avalancha de juguetes y de opciones que existen en el mercado para regalar a los hijos en esta navidad, existen alternativas que, además de entretener, pueden generar aprendizaje y desarrollo en los menores. Una de las edades más adecuadas, en que se puede aprovechar esta fecha para otorgar elementos que aporten a la adquisición de habilidades por parte de los niños, es entre seis a ocho años, período del crecimiento en que los especialistas aseguran que con juguetes simples se pueden lograr muchos resultados positivos en el crecimiento de los hijos, presentando, además, un bajo precio.
El jefe de carrera de Sicología de la Universidad de Magallanes (UMAG), Eduardo Pino, explicó que esta edad está caracterizada porque “aumenta la curiosidad por la gente y por cómo funciona el mundo en general”. Además, el profesional enfatizó en que los menores pueden leer, relatar historias, escribir, dibujar, sumar y restar, lo que amplía considerablemente las opciones para elegir un regalo adecuado.
A su vez, en esta etapa se genera más confianza en los movimientos físicos, llegando al momento ideal para aprender deportes y para comenzar la práctica de algún instrumento musical.
Considerando todo este contexto, las elecciones de los padres deberían estar dirigidas a obsequios como “balones, herramientas de jardinería, bicicletas, cuerdas para saltar, monopatines, ula-ula, entre otros”.
El sicólogo manifestó que estos elementos ayudan a potenciar la motricidad de los hijos, aspecto que marca las habilidades que estarán presentes en el futuro y que permitirán enfrentarse de mejor manera a los deportes y a desafíos tan cotidianos como caminar en la nieve, correr y evitar obstáculos. “Lo más importante es evitar juguetes de tipo bélico en niños con tendencia a la violencia o agresividad y no tener como primeras opciones los juguetes tecnológicos, porque no los incentiva al movimiento”, afirmó Pino.
Los juegos se mesa pueden convertirse no sólo en entretención, sino que también pueden guardar momentos inolvidables para los niños: instancias que recordarán siempre porque reunió a toda la familia y, a su vez, lo imitarán cuando ellos sean padres. “Hay que tender a compartir y no a competir”, subrayó el académico.
“Lo importante es que el juguete tenga algún tipo de significado familiar para que sea recordado y, además de usado, ojala atesorado en el tiempo: status que alcanzan pocos juguetes en la historia de una persona”, agregó.
Para potenciar la motricidad fina, lo recomendable es que se adquieran elementos desmontables, aparatos de movimiento manual, acuarelas, plasticinas y tejidos simples.
Comunicación
Otro momento importante que se presenta entre los seis y ocho años, se relaciona con la adquisición de las habilidades para lograr expresarse de manera correcta y con personalidad.
Es por esto que el sicólogo recomienda que los padres regalen a sus hijos cuentos, libros y diarios especialmente creados para su edad, los que incluyen dibujos y colores que hacen más atractiva la obra. En este ámbito también es pertinente obsequiar instrumentos musicales.
Existe otra categoría que se reconoce como la de los “juguetes simbólicos”, en la que caben las muñecas, disfraces, cajas registradoras, máquinas de escribir, entre otros.
Finalmente, Pino recordó los beneficios que poseen los regalos que involucran aprendizajes y descubrimiento directo por parte de los niños, los que se pueden alcanzar a través de telescopios, lupas, microscopio, álbumes y juegos de experimentos.
Una característica de los niños a esta edad, es que presentan un gran nivel de imaginación, por eso no es extraño que con una caja de cartón puedan trasladarse a una gran nave, a un refugio o a una casa de muñecas. Ese ejercicio mental es el que siempre se debe procurar impulsar con los regalos que, como padres formadores, se realizan a los hijos.