Lo que está ocurriendo en Magallanes es una muestra clara de lo que se puede generar en muchas regiones del país, pero no por el poder que tenga la ciudadanía para organizarse, sino porque el Gobierno ha dejado múltiples y enormes flancos por donde atacar a un Ejecutivo que no presenta manejo político. A nivel local, la intendenta Liliana Kusanovic es una reconocida empresaria y, por lo demás, muy exitosa, pero no cuenta con empatía hacia los ciudadanos ni con un amplio manejo de discurso; todas características que pocas veces se presentan juntas y esta no fue la excepción.
Pero ahí está el trabajo estratégico del Ejecutivo, conformar un equipo que sea complementario a la máxima autoridad regional. Caso que tampoco se dio en Magallanes, puesto que el jefe de Gabinete, José Miguel Cruz, ha recibido numerosas críticas y en el conflicto del gas se ha mantenido distante.
Lo mismo ocurre con el seremi de Gobierno, Miguel Schweitzer, quien con su locuacidad ha llamado más la atención que por ser “vocero político”, que es de lo que carece “La Moneda chica” y donde él debería estar apoyando a su jefa.
Es un hecho que a nivel central cada cartera está analizando el desempeño de sus representantes, lo que podría generar novedades en los próximos meses.