
Las infortunadas declaraciones del ex titular de Energía y su actitud poco empática con la gente, el valor más importante en política, fue menoscabando la posibilidad de que él se hiciera cargo de un tema que le incumbía a su cartera y, por el contrario, arrastró a un gobierno entero a la crítica de una región y de una buena parte de Chile.
El costo estaba siendo muy alto para el Ejecutivo, además porque otros ministros tampoco supieron referirse a la crisis, alentando con sus palabras a las manifestaciones, entonces lo más sano era que Raineri dejara su puesto y se nombrara en su reemplazo a la mejor carta política que tiene el Ejecutivo, en estos momentos, porque el escenario en Magallanes estaba absolutamente sin control para el Gobierno; esa persona era titular de la cartera de Minería, Laurence Golborne, quien presentaba desempeño casi intachable a ojos del país, con más de 80% de aprobación ciudadana y con una personalidad pública opuesta a la de su colega. Con estos antecedentes se esperaba que pudiera abrir mejores puentes de negociación con la Asamblea Ciudadana de Magallanes (ACM), con la comunidad en general y, sobre todo, comenzar a restablecer las confianzas. Con esto era evidente que la instrucción del Jefe de Estado era que debía solucionar el conflicto sí o sí, porque de lo contrario, no existían mejores alternativas para representar al Gobierno en el diálogo.
Eso sí, con la salida de Raineri, Magallanes se “anotó un punto”, porque fue un reconocimiento público por parte del Ejecutivo de que no estaba haciendo del todo bien su trabajo.
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Claramente la actitud del biministro de Energía y Minería fue otra y se abstuvo de caer en declaraciones frontales hacia los habitantes, como lo hizo su par del Interior, Rodrigo Hinzpeter, y el subsecretario Rodrigo Ubilla cuando estuvo a cargo de las negociaciones durante la semana pasada.
Además, del mejor manejo político de Golborne, comparándolo con su antecesor de Energía, llegó a la región ofreciendo más subsidios, que si bien no era lo que pedía la ACM, mostraba algo “nuevo” y no tanta rigidez en la propuesta; otra tarea que no fue conseguida por el propio Ubilla ni por el Gobierno Regional (GORE).
De esta forma, el Presidente Piñera estaría dando dos pasos en uno, ya que además de lograr que se levante la movilización indefinida, el biministro podrá tener un mejor “muñequeo” durante la mesa de trabajo que se establecerá con miras a elaborar la ley que fije el modo tarifario para Magallanes. Objetivo que se iba a transformar en un desafío enorme si continuaba Raineri en el puesto porque, sencillamente, la ciudadanía no confía en él.
Sin embargo, Golborne tampoco goza de popularidad en Magallanes, lo que quedó demostrado el lunes pasado cuando salió de un medio de comunicación entre insultos de los manifestantes, no obstante, tiene claro que el trabajo que se debe hacer en la zona para reconquistar a la ciudadanía no podrá ser sólo en base a su trabajo, sino que también jugará un rol importante el propio Mandatario con las nuevas autoridades que nombraría para los cargos más altos de GORE, porque de lo contrario, los tres años del gobierno será una agonía tanto para quienes están en la intendencia, como para la gente que no los reconoce como representantes.