Los detalles de la firma que hizo historia en Magallanes

General
23/01/2011 a las 16:10
En el intertanto de las conversaciones a puertas cerradas, en el segundo piso de la Intendencia el martes 18 de enero, las informaciones extraoficiales que llegaban hasta oídos de los medios eran constantes ya instalada la mesa entre el biministro, Laurence Golborne y los de la ACM. La primera decía relación con la redacción del documento final que debía ser revisado legalmente por un abogado. La segunda, entregada en palabras del propio senador Pedro Muñoz, hablaba de una tratativa de la asamblea, para aumentar los subsidios y las compensaciones al 3% a 20 mil familias y no 12 mil como era la proposición del Ejecutivo.
Según uno de los negociadores de la ACM, Dalivor Eterovic, “lo que sucedió ahí, es que las bonificaciones adicionales eran una oferta nuestra, algo a lo que el biministro accedió pero que no pudo aplicar de inmediato porque había excedido sus facultades, por tanto, el Presidente tenía que estar enterado y esa llamado demoró la salida del acuerdo”.
Finalmente, se comunicó que en la tarde se llevaría a cabo la firma del convenio en una ceremonia que no estuvo exenta de polémica y episodios peculiares, que hicieron ver la molestia de los representantes de la ciudadanía con ciertos sectores que, para ellos, fueron los responsables de que el Gobierno no haya cedido más en sus peticiones.
Firma
Una masiva concurrencia al salón Nelda Panicucci del edificio de Gobierno, tuvo la suscripción de la rúbrica que aseguraría en adelante una mínima alza a las cuentas de gas para las familias magallánicas. Se esperaba solamente la llegada del biministro Golborne, el subsecretario Ubilla y la intendenta Kusanovic para dar curso a la lectura. Más de una veintena de representantes de organizaciones sociales copaban el lugar y la expectación era creciente.
En el transcurso de la espera, arribaron los gremios del comercio, quienes fueron fuertemente abucheados por los representantes de la ciudadanía, por el impasse al descolgarse de la mesa en apoyo al 3% del Gobierno y, al contrario, se vitoreó posteriormente al obispo Bernardo Bastres cuando hizo ingreso al salón.
Con texto en mano, minutos después de las 16.30 horas, entraron las autoridades gubernamentales. Fue el subsecretario del Interior quien dio las palabras de presentación con un detalle en sus dichos que generó la reacción inmediata de una core presente en el lugar, la PPD, Flor Mayorga. “No somos cabecillas subsecretario, somos dirigentes”, frente a lo cual Ubilla incómodo, corrigió con un “perdón, dirigentes”.
Cuando vino el momento de las firmas, al turno del dirigente del Transporte Menor y también core, Marcelino Aguayo, hubo una pausa solicitada por él mismo, porque tras guiños con el dirigente vecinal Carlos Aro, que con la mano le decía que esperara un poco, intervino en la petición de Golborne para que firmara, acercándose a la autoridad para manifestarle un reconocimiento a los colectiveros por la labor realizada durante el paro. Asimismo, expresarle que “antes de poner la mosca”, hubiera sido un buen gesto haber incluido una bonificación también para el GNC (gas natural comprimido), combustible con el que operan los vehículos. De esta forma, fue el único que junto al ministro, el subsecretario y la intendenta, puso la rúbrica al documento.
Firmado ya el protocolo, se entonó la canción nacional en señal de triunfo absoluto de la ciudadanía. Los dirigentes se fundieron en abrazos para luego dirigirse a dar el anuncio de deponer el paro al sector del bloqueo de Tres Puentes. Seguidamente entonces, firmaron los actores restantes: parlamentarios, demás organizaciones gremiales, el Capítulo Regional de Municipalidades, la Asociación de Concejales, el Consejo Regional, la dirigenta vecinal Rosa Zúñiga y el obispo Bastres.
A esa ronda de firmas, el único dirigente que permaneció de la Asamblea fue Ramón Vargas de la Codema (Comité de Defensa de Magallanes), quien reconoció, minutos después, que ya no formaba parte del Ejecutivo del movimiento.
Zúñiga, de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Punta Arenas, muy acongojada firmó, el puesto que, a su juicio, ponía fin a un proceso que dejó a dos víctimas fatales, siendo una de ellas familiar suyo. En este entendido, tuvo solamente contacto con Golborne.
Una acalorada sesión que en no más de 30 minutos acabó con el conflicto por el gas en Magallanes, de manera airosa y consensuada, pese a los tiras y afloja y chispas que surgieron en más de una ocasión entre los distintos actores sociales participantes de la mesa de diálogo.

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