Según testigos y vecinos del sector, en la mayoría de los casos son jóvenes que beben y ocasionan daños. En tanto, el presidente de la junta vecinal se siente frustrado al no poder generar la conciencia de cuidado en los pobladores. A menos de un año de su inauguración, la plaza Alejandro Bernales, ubicada en el corazón de la Población El Pingüino, presenta daños de consideración en los juegos y enrejados del recinto, los cuales se vieron incrementados por personas inescrupulosas que desarmaron parte del tren de madera ubicado en este espacio para quemarlo en las barricadas de las pasadas movilizaciones por el paro regional.
Este espacio recreativo, que rinde homenaje al fallecido ex director general de Carabineros, conocido como “el general del pueblo”, fue abierto al público el 16 de mayo del año pasado. Entrega una diversidad de juegos para niños, áreas verdes, un busto del homenajeado e incluso canchas de pasto sintético, pero hoy presenta una imagen muy distinta de la que fue inaugurada. La gran cantidad de botellas de cervezas y otras bebidas alcohólicas, dan fe de lo que vecinos del sector denuncian. Ellos aseguran que por las noches se llena de jóvenes que consumen alcohol al interior del recinto y comienzan a hacer destrozos, peor aún, muchos de ellos no son siquiera del sector, así comentó Rosalba: “La mayoría son jóvenes que vienen a jugar a la pelota a la cancha y después se quedan tomando en el lugar, no hacen destrozos ellos, pero dejan lleno de botellas que son un peligro para los niños”. Por su parte, Andrés, quien tiene visual directa a la plaza manifestó: “En las noches pasa de todo, en el tren de madera que existe se ponen a beber e incluso se ha visto más que eso, después se quiebran las botellas y hacen ruido. Lo malo es que la mayoría de las veces es gente que ni siquiera es del barrio, y vienen sólo a causar destrozos”. Además, agregó que “he visto que a veces se ponen a pedirle plata a la gente que pasa por el lugar, creo que nunca han hecho nada como agredir a alguien, pero con trago nunca se sabe”.
Los daños específicos son los que lamentablemente afectan a muchos espacios públicos de la ciudad, rayados, botellas rotas y rotura de luminarias, sin embargo, molesta más a los vecinos el hecho de que sean instalaciones nuevas. Un tren de madera que se había instalado en el lugar se encuentra casi completamente desmantelado, los juegos de plástico para los niños están completamente rayados y el enrejado de la multicancha ya ha sufrido la rotura de uno de sus paños. Actos que son claramente intencionales y con el sólo ánimo de causar daño al parque de entretención.
Nolberto Catalán, presidente de la junta de vecinos, siente que no ha habido compromiso de los vecinos por cuidar este espacio público, por el cual se esperó más de 19 años para poder tenerlo. “Es una lástima lo que ha pasado, los actos vandálicos no tienen nombre, y fue terrible las noches del paro tener que recibir las llamadas de los vecinos del lugar que me informaban que estaban desarmando el trencito para echarlo al fuego, no hay cuidado, son los mismos chicos de la población los que no están cuidando esta plaza por la que tanto se ha luchado”, dijo.
Respecto del consumo de bebidas alcohólicas en el lugar, Catalán señaló que “existe un cierre perimetral que al ser un espacio público no puede utilizarse como quisiéramos, y cuando se cerraban los portones, los jóvenes saltaban las rejas para ingresar”. El presidente vecinal explica que ha sentido que Carabineros no apoya lo necesario en el lugar, considerando que es la plaza construida en homenaje a uno de los generales más reconocidos de la institución. “Yo mismo he debido llamar a carabineros, dándole mi nombre y el nombre de la plaza para que acudan a impedir actos vandálicos”, manifestó.
Finalizó Catalán diciendo que “el alcalde está muy molesto con la situación y se entiende, pero tendremos que comunicarnos con el municipio para ver cómo se puede reparar la plaza, ya que los daños que ha sufrido, no son cubiertos por la garantía que aún está vigente”.
La implementación de este espacio para la comunidad tuvo un costo cercano a los $ 420 millones, los que se han visto menoscabado por el daño que ha sufrido el lugar.