
Un columbario destinado a recibir ánforas de difuntos que han sido cremados inauguró y bendijo, el jueves pasado, el obispo Bernardo Bastres en el patio de la parroquia Catedral. El prelado señaló en la ocasión que “creemos que puede ser un servicio que muchas familias van a agradecer; de hecho hemos comenzado con una familia y sabemos que hay otras esperando esta bendición para traer las cenizas de su familiar”. El sacerdote agregó que no existe una cuota para este fin, sino que los familiares del difunto deben dejar una donación, que se utiliza en parte para crear una placa dorada con su nombre, fecha de nacimiento y deceso.