Ayer, el empresario adjudicado para entregar el servicio de Limpieza de Zarpas, Vías y Espacios Públicos, Carlos Estrada, amplió los antecedentes respecto de cómo se generó la decisión por parte de la Municipalidad de Punta Arenas de multarlo por no contar todavía con dos máquinas barredoras, según lo obliga el contrato. Esto, a su juicio, fue “un misil” que dejó el alcalde Vladimiro Mimica Cárcamo antes de irse de vacaciones.
Además de su imposibilidad de cerrar el negocio con la compañía dedicada a la fabricación de esta maquinaria con la anterioridad necesaria para que los elementos estuvieran el 1 de enero en Punta Arenas, puesto que el municipio adjudicó el contrato dos meses después de lo que se señalaba en las bases, lo que a juicio de Estrada ameritaba una extensión del plazo para contar con las máquinas, porque la tardanza fue responsabilidad de algunos concejales, le sorprendió la sanción, porque en diciembre se le había ofrecido cumplir con una compensación por no poseer las barredoras.
“Me llamó la directora del Departamento de Aseo y Ornato y me manifestó que el municipio tenía la intención de declarar desierta la licitación que duraba un mes, para el mantenimiento de las áreas verdes, pero que como compensación por no tener las dos máquinas, me pidió que me hiciera cargo yo de esa labor de forma gratuita, a lo que accedí”, afirmo el empresario, porque entendió que “la municipalidad no tiene por qué darme nada y me pareció justo”, agregó. La tarea tenía la extensión de sólo un mes, porque el contrato anterior caducó el 30 de noviembre y el nuevo comenzaba a regir en enero, “una desinteligencia”, calificó.
Todo este acuerdo, según relató Estrada, se concretó telefónicamente y la directora “consultaba constantemente con el alcalde las condiciones del convenio”, aseguró. Después de todo lo anterior, “ahora me desconocieron el contrato y me cobran la multa”, expresó, la que llegó a las 30 Unidades Tributarias Mensuales (UTM), es decir, poco más de un millón de pesos.
Pero más allá de la infracción, que el empresario reconoce que en estricto rigor está bien cursada porque no posee las maquinas, apela a que “no se aplicó el criterio”, porque el retraso lo generó la propia Municipalidad. Además, acusa a los concejales Claudia Barrientos, Emilio Boccazzi y Mario Pascual de generar “un hostigamiento” en su contra, porque fueron ellos quienes acudieron a la Contraloría Regional para subsanar sus dudas respecto del cumplimiento de las bases de licitación por parte del Comité Técnico Evaluador del municipio, que determinó que la oferta de Carlos Estrada Ltda., era la mejor, produciendo el retraso en el otorgamiento del contrato.
Según sus conclusiones, la animosidad de los representantes comunales en su contra, se explica porque ellos preferían a otra empresa, pero como él “insistió” en el concurso, planteó que esto sería una especie de “advertencia” de parte de los concejales, “porque esto es una guerra y yo gané una batalla”, pero ahora con la multa ellos habrían ganado.
En base a sus reflexiones, el empresario estima que todos estos problemas y los que se puedan originar en el futuro se gestan porque “uno no piensa cuando vota”, reconociendo que “me equivoqué una vez y ahora estoy sumamente arrepentido”, manifestando que ahora sólo “tengo que aguantar el chaparrón”.