Una importante entrega hizo ayer a Diario El Pingüino un habitante de Punta Arenas, que quiso guardar reserva de su nombre. Se trata de dos de los libros municipales que fueron desechados “por error” la semana pasada en un vertedero clandestino de la ciudad, tras haber formado parte de los escombros de la estructura que cayó del Teatro Municipal.
El más grande de ellos y que pesa sobre los 10 kilos corresponde al registro de la “Tesorería Municipal de Magallanes” entre los años 1917 y 1920, una verdadera reliquia, que según manifestó el poblador debiera recuperarse lo más pronto posible para ser atesorado en una biblioteca.
El más pequeño en tanto, data de 1907 y pertenece a la misma materia.