
El más grande de ellos y que pesa sobre los 10 kilos corresponde al registro de la “Tesorería Municipal de Magallanes” entre los años 1917 y 1920, una verdadera reliquia, que según manifestó el poblador debiera recuperarse lo más pronto posible para ser atesorado en una biblioteca.
El más pequeño en tanto, data de 1907 y pertenece a la misma materia.