Un incendio forestal afectó durante la mañana de ayer un sector boscoso del Parque Nacional Torres del Paine, debido a una fogata iniciada por un turista israelí identificado como Segen Liad en un área no autorizada. Pasadas las 6.30 horas de ayer personal de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) de la guardería Pudeto, al interior de la reserva natural, alertó a la administración del parque que en el sector aledaño al Mirador Los Cuernos un incendio forestal estaba afectando a una zona de bosques de ñirres en la ribera este del Lago Nordenskjöld.
Personal de la brigada de incendios forestales del parque concurrió al sitio del suceso junto a efectivos de la avanzada de Carabineros.
El lugar afectado tiene un radio de diez metros a la redonda, en los que se vio afectada flora nativa del parque principalmente ñirres y coirón.
Según informó Guillermo Santana, administrador del parque nacional, “fue la lluvia que caía copiosamente a esa hora en el sector la que ayudó a controlar más rápidamente el incendio, de haber sido otras las condiciones climáticas el daño habría sido mucho mayor”.
El guardaparques también señaló que “es necesario recalcarle a los operadores turísticos la necesidad imperativa de advertirles a los turistas respecto de la norma que prohibe realizar fuegos en zonas no habilitadas para este efecto”. Además, comentó que “hemos sufrido en los últimos días dos siniestros del mismo tipo, y además, unas pinturas rupestres de gran valor histórico y patrimonial fueron dañadas por un insensato que pintó sus manos al costado de las milenarias marcas”.
Personal de Carabineros procedió a tomar los antecedentes del turista dejándolo citado a comparecer ante el Juzgado de Policía local de Puerto Natales, sin embargo, personal de la Conaf escoltó a Segen Liad hasta el acceso principal del parque nacional notificándole que era expulsado de la reserva por considerarlo un visitante no grato debido a su imprudencia e irresponsabilidad.
Malos recuerdos
El incendio que un turista checo provocó al interior del parque el 2005, en el cual más de 15 mil hectáreas de vegetación nativa fueron arrasadas por la fuerza de las llamas, donde el turista debió sólo pagar una multa de $ 12.000, suma incomparable con los cuantiosos daños que provocó al interior de la reserva, pese a los intentos del gobierno checo de entregar los recursos necesarios para la reforestación del área afectada, que para los expertos es “una medida plausible, pero será imposible reponer el daño generado”.