Julieta Núñez y Ricardo López, oriundos de Concón y Santiago, respectivamente, intentarán en los próximos días cruzar a nado desde Bahía Fildes a la isla Decepción en el continente antártico. Se trata de una travesía acuática que sólo tiene antecedente en la persona de Víctor “Tiburón” Contreras, quien en 1980 nadó entre estos dos puntos, separados por un estrecho de 1.500 metros, cuyas aguas tienen una temperatura que fácilmente puede llegar a los -0,7ºC.
El “Tiburón” se demoró 32 minutos en aquella ocasión, tiempo que quieren disminuir Núñez y López, quienes son auspiciados por la constructora Rebotta y el laboratorio Marss, así como por la empresas Ineco y Siglo XXI en forma respectiva.
En cuanto a la preparación, los dos nadadores reconocen haber realizado un entrenamiento constante durante más de dos años, tanto a nivel físico como psicológico. Respecto a su experiencia, ambos tienen una larga trayectoria, habiendo cruzado el Canal de Chacao, el Estrecho de Magallanes y el Canal Beagle en Chile continental, faltándoles sólo una travesía en la Antártica para su consagración definitiva.
Para ello, han debido sortear una serie de obstáculos legales, dado el estatus jurídico del continente blanco, que al ser un territorio internacional se debe contar con un permiso especial para aventurarse en sus costas. En este sentido, los nadadores manifestaron a este medio que tuvieron que elevar una solicitud especial a la Unesco por medio de la Cancillería, además de presentar una minuta de impacto ambiental a la Comisión Nacional de Evaluación de Impacto Antártico (Conaeia).
Entre sus motivaciones, tanto Núñez como López señalan como principal el marcar soberanía en el continente blanco, el que de acuerdo al Tratado Antártico, es un territorio internacional abierto a la investigación científica, en el que se encuentran congelados los reclamos territoriales.
Asimismo, indican que es una forma de homenajear al país en su Bicentenario patrio. En tanto, en el caso particular de Núñez, la nadadora puntualiza que es una forma de reivindicar a la mujer chilena, ya que sería la primera persona de sexo femenino en aventurarse en las gélidas aguas del continente antártico.
Por último, manifestaron su agradecimiento a la Armada de Chile, que a través de su buque Viel, los transportará al lugar, además de salvaguardar su integridad física en caso de presentarse cualquier eventualidad, que requiera asistencia y traslado hacia Punta Arenas.