
Con frecuencia, los menores que crecen junto a un can, desarrollan una vasta conciencia con todo tipo de animales, tienen paciencia y su carácter es mucho más abierto y sensible.
Todo esto va ligado con el apoyo que deben entregar los padres a los hijos para afrontar lo que es tener una mascota, puesto que un compromiso bien cumplido en este sentido, puede entregar grandes satisfacciones familiares.
Por ello, antes de decidir comprar una mascota, se debe tener presente y consultar, hasta qué tamaño crecen, porque los perros cuando son cachorros atraen a la mayoría de las personas, pero cuando son adultos, pueden generar complicaciones en los hogares. Aquello, va muy ligado con la alimentación que necesitarán, por su costo y el espacio requerido para que tenga una guarida y donde moverse. Asimismo, hay que tener presente que el lugar debe permanecer limpio por el bien del animal y de la familia.
Durante sus primeros años “la mascota debe acudir al veterinario y eso conlleva un gasto”, explicó la voluntaria de la Corporación en Defensa de los Derechos de los Animales (CODDA), Betsy Igor, además, dependiendo de la raza, advirtió que hay que estar pendiente del pelaje, cómo desenredarlo o la necesidad de llevar a la mascota a la peluquería, puesto que el descuido les puede generar infecciones, humedad y heridas.
También es fundamental que los padres sean conscientes de la personalidad de sus hijos al adquirir un perro. Si el menor es tranquilo, es recomendable que el animal presente la misma característica, porque de lo contrario, un can juguetón podría ser visto como un perro “malo”, que asusta y desordena.
“Los niños piensan que los perros son un juguete más, lo que puede ser peligroso para ambos”, agregó Igor, por ello la enseñanza de los padres es fundamental, y si no posee los conocimientos necesarios para educar a la mascota, se puede pedir orientación al médico veterinario o a personas que se dedican a ello.
El paseo con correa, llevar siempre una bolsa para recoger las fecas y pensar seriamente en la esterilización, son algunos de los temas que los amos no pueden dejar pasar.
Derivan responsabilidad
Cuando no se sopesan estos temas y sólo se compra una mascota, generalmente la familia termina abandonándola y fomentado el círculo vicioso de los perros “sin dueños”.
CODDA a través de voluntarios se ha hecho cargo de cientos de perros y gatos que son dejados a la deriva, y con mucho esfuerzo ha podido mantenerse en funcionamiento.
Gracias a su dedicación la gran mayoría de los canes están en perfecto estado y esperando por adultos responsables para que les otorguen la posibilidad de ser sus mejores amigos. Asimismo, la agrupación está abierta a recibir socios, voluntarios y colaboraciones de alimentos, los que pueden ser llevados al pool Royal, que se ubica en Bories entre las calles José Menéndez y Waldo Seguel.