
Ante el éxito que tuvo el proyecto presentado en el Parlamento, finalmente se cumplieron todos los procesos formales, y previo al comienzo del año escolar, comenzó a regir la “reforma educacional” del gobierno. El Colegio de Profesores manifestó desde un comienzo su rechazo a los cambios que señala el documento, puesto que afirman que es una “reforma laboral” para los profesores y no un cambio que apunte a mejorar la calidad de la enseñanza.
Uno de los ítemes más criticados por el gremio, es la facultad que tendrán los directores de los establecimientos para despedir al 5% de los docentes que registren el desempeño más bajo y que el director también pueda escoger a su equipo más cercano de trabajo “a dedo”.
A nivel local, el presidente del Magisterio, Julián Mancilla, advirtió que se están preparando diversas estrategias para hacer sentir a la autoridad su rechazo a la iniciativa, donde no se descarta “tomarse” la Secretaria Regional Ministerial de Educación (Secreduc).