
Quienes más lo conocen, que sin duda son sus incondicionales familiares, -Consuelo Prieto; su esposa, y sus hijos Luis, Eduardo y Maricarmen, ocho nietos y seis bisnietos- y amigos de toda la vida, lo recuerdan con el entusiasmo y la energía que el mismo empresario desbordaba en su trabajo, que a la vez fue su pasión y razón de vida, lo que no implicaba que paralelamente ejerciera con versatilidad otras actividades de su gusto como la aviación civil en la década del 40’ y 50’ y la labor dirigencial en la de los 70’, como formador de la Cámara de Comercio e Industrias en Magallanes que presidió durante ocho años.
Rodolfo Prieto, su gran amigo, cuñado y asimismo socio de la industria que Mladinic forjó llamada Sociedad Forestal y Ganadera Monte Alto, lo considera un “maestro de varias generaciones”. Lo conoce hace más de 50 años y su visión apunta a catalogarlo como un “innato generador de trabajo”, con una “energía notable” en diversas acciones que le tocó emprender, muy “optimista” en momentos de crisis y “ejemplar” en el ámbito familiar.
“Él hizo de la actividad forestal un verdadero apostolado”, recalcó Prieto, añadiendo que, quienes pasaron por las faenas que dirigió, “opinarán exactamente lo mismo” por el buen trato que tenía y las ganas de enseñar.
En esa línea, es que el hermano de su esposa enfatizó la decisión que haya tomado el empresario de ceder parte de su patrimonio forestal a la Universidad de Chile para el desarrollo del estudio de la lenga, lo que a su juicio, generó la formación de cientos de profesionales “que se educaron bajo el alero de Nicolás”.