Pese a reconocer el martes, que las relaciones políticas con la gobernadora de Magallanes, Gloria Vilicic, “seguían en pie difícil”, ayer el Gobierno Regional optó por guardar silencio en torno a las complicaciones que podría traerle el manejo de la situación por los desafortunados dichos de la autoridad. Con un claro afán de evitar seguir polemizando sobre el quiebre de entendimientos con la Gobernación, e insistir que las vueltas sobre el asunto “no le hacen bien al Gobierno”, porque efectivamente los lazos se están recomponiendo, en vistas de que la administración regional del Presidente Sebastián Piñera, “necesita cohesión para trabajar por la ciudadanía”.
No es sorpresa, entonces, que el GORE esté intentando bajarle el perfil a la cuestión de cara a la ardua labor que se avecina con la mesa de trabajo por el gas, que, en definitiva, debe convertirse en una instancia de diálogo que permita con celeridad, dar una solución a la problemática existente con la tarificación del hidrocarburo en la región.
Sin embargo, todavía hay señales que indican que tal “proceso de recomposición” ha tenido un lento avance entre las máximas autoridades, porque el decreto que la intendenta Liliana Kusanovic firmó en enero pasado, para dejar en suplencia del cargo al seremi de Hacienda Arturo Lillo, todavía sigue vigente. Este puesto, que había subrogado -como era de costumbre- Gloria Vilicic, de un instante a otro, en medio de la crisis por la paralización regional, le fue arrebatado por Lillo, quien aparentemente sigue siendo la persona de confianza para sustituirla, no así la gobernadora.
Alianza
Desde la arena partidaria, en tanto, tampoco hubo declaraciones por los dichos de Vilicic.
Branko Ivelic, timonel regional de RN, se limitó a decir que “la Intendencia no hizo los esfuerzos necesarios antes de que estallara la crisis para haberla evitado”.
El presidente de la UDI, Jorge Balich, por su parte, señaló que no opinaría de las palabras de la gobernadora, porque “no se sabe bien en qué contexto exacto lo habría dicho”.