Continúan las labores de rebusca de los cuatro tripulantes desaparecidos luego del naufragio del pesquero “Faro de Hércules, que tuvo lugar hace una semana. Según informó la
IIIª Zona Naval, en el lugar se encuentran operando los buques “Piloto Pardo” y “Lautaro”, además del apoyo aeronaval de un avión y un helicóptero. Hasta el cierre de esta edición, los medios navales no habían confirmado si habían roto el casco de la embarcación, donde se supone que podrían encontrarse los tripulantes desaparecidos. En paralelo, la Armada comunicó el avistamiento de vestigios de elementos de salvataje y de restos de la embarcación, los que se encontraban a la deriva en una posición no determinada.
Chalecos salvavidas y un par de balsas sin uso han sido algunos de los últimos hallazgos. No obstante, permanece en estudio la posibilidad de desplegar buzos tácticos en el área del hundimiento, con objeto de recabar mayores antecedentes del accidente y poder hacer pesquisas submarinas respecto al paradero de los desaparecidos.
Esperanza
Pese a la falta de resultados, se ha abierto una luz de esperanza con respecto a la situación de los tripulantes desaparecidos. Ello, a raíz de no haberse encontrado una de las balsas con las cuales contaba el pesquero “Faro de Hércules”. Al respecto, Pedro Sánchez, gerente general de la empresa Servinaut, firma que comercializa insumos navieros, comenta que cada una de estas balsas tiene capacidad para 25 personas, las cuales pueden subsistir sin sobresaltos por alrededor de 5 días, con una ingesta de 10.000 kilocalorías por jornada, además de un litro y medio de agua bebestible.
En otro plano, según aclara Sánchez, estas estructuras son inundibles, ya que están constituidas por una doble capa caucho hilado con fibras de acero, encontrándose rellenas con aire comprimido, poseyendo también piso inflable.
Respecto al equipamiento de estas balsas, cabe considerar que además de alimentos poseen luz, tanto en su interior, como en la cubierta. Y más importante aún, es el hecho de que son totalmente herméticas; en su interior los tripulantes pueden guarecerse de las inclemencias del clima.
Vale también destacar, el hecho de que cuentan con vasos graduados, por el cual los náufragos pueden medir y racionar el consumo de agua. Por último, también se destaca la presencia de tranquilizantes, que permiten a estos últimos aliviar la tensión y el estrés postraumático.