“No hubo anomalías”, aseguró el jefe provincial de Magallanes de la Policía de Investigaciones (PDI), Ramón Cuevas, en los antecedentes que le entregaron al juez Marco Kusanovic, por la detención de Luis Eduardo del Canto Contreras, quien inicialmente confesó a la policía haber sido testigo del momento en que dieron muerte, de un disparo, al estudiante Ricardo Harex.
Al final esas acusaciones fueron una mentira, porque este sujeto se encontraba cumpliendo una pena de cárcel el día en que habrían ocurrido los hechos que él mismo denunció.
Cuevas desestimó algún tipo de anomalía en el informe y los antecedentes que entregaron al juez de la causa, porque inicialmente no podían tener acceso a la información que manejaba Gendarmería. Incluso, porque una persona puede estar cumpliendo una pena y tener un beneficio extra carcelario.
Una vez evaluados los procedimientos el oficial de la PDI señaló que no existen antecedentes que ameriten una investigación sumaria, porque todo lo obrado se ajustó a la normativa legal y procedimientos internos.
La declaración inicial del detenido abrió las esperanzas de aclarar uno de los casos más enigmáticos de la historia policial de Magallanes, ya que desde el 2001 que no se sabe nada de Harex. “Fue el juez Kusanovic que entregó una orden amplia de investigar a la policía civil, la que tras indagaciones dio con el paradero de un testigo que pese a que arguye haber sido coaccionado reveló antecedentes inéditos del caso y concordantes con las demás pruebas del proceso”, señaló ayer el abogado José Arcos, al justificar la solicitud de un ministro en visita.