Bomberos y Conaf han debido acudir al sitio que colinda con Esteban Capcovic para aplacar el fuego subterráneo que desde hace ya varios días afecta el sector. Habitantes del lugar sindican a jóvenes que consumen alcohol en el lugar como culpables del siniestro. Un foco constante de incendio subterráneo está afectando desde hace días a los vecinos de la calle Esteban Capcovic en la Población Raúl Silva Henríquez. En las últimas 24 horas ha debido concurrir personal voluntario de Bomberos por la cantidad de humo que emana desde debajo del terreno.
Vecinos del sector dicen que es insoportable el olor, el humo y todo lo que esto conlleva, además se muestran preocupados ya que los niños del sector usan ese terreno para ir a jugar, y el problemático lugar es una trampa, más aún el miedo que existe de que un menor pueda caer en una de las cavidades de los turbales provocando un incidente mayor en caso de quemaduras.
Una vecina del lugar dice que “es común ver en las noches jóvenes que utilizan ese sector para ir a consumir alcohol y hacen fuego para darse calor, y después, en su borrachera se van y dejan todo eso prendido, es por eso que se producen estos incendios”. Otro vecino del lugar expresa: “es muy peligroso que los niños vayan a jugar a ese lugar, ojalá lo cercaran completamente para que no se metan más los indigentes porque son ellos los que para refugiarse del frío hacen sus chozas y fuego en el lugar”.
Personal de la Conaf ha debido concurrir hasta dicho sector, incluso el año pasado se realizaron trabajos de remoción del terreno para aplacar el problema subterráneamente, sin embargo la irresponsabilidad de quienes inician fuego en el complejo terreno es la génesis del problema.
Julio Hernández, capitán de la Quinta Compañía de Bomberos, especialista en incendios forestales, señala que la única forma efectiva de poder extinguir un incendio en turbas es remover terrenos con maquinaria pesada, ya que la combustión puede estar incluso a cinco metros de profundidad dependiendo del terreno, además indica que la peligrosidad de que un menor caiga en medio de este tipo de terreno, más allá de las quemaduras que pudiera sufrir por las altas temperaturas, es el riesgo de intoxicación por monóxido de carbono el que reviste peligro para las personas. “Para bomberos las posibilidades de intervención es la remoción de la superficie mientras se trabaja en la extinción de las brasas que afloran del subsuelo, sin embargo habría que generar un trabajo mancomunado con la municipalidad y el dueño del predio para poder intervenir este sector y lograr extinguir el fuego definitivamente”, agrega Hernández.
Finalmente, el oficial bomberil señaló que es tan complicado un siniestro en este tipo de geografía que puede permanecer activo por meses incluso por años de manera subterránea sin que nadie se percate, y que las temperaturas y condiciones invernales aislan el foco del fuego, pero que una vez pasada esta climatología volvería a surgir sin la necesidad de focos o intervinientes externos.