
Los más complicados, no obstante, han sido los constantes episodios de quiebre de las “poco cultivadas” relaciones entre la intendencia regional y la Gobernación de Magallanes, que han repercutido, desde la crisis por el gas, en un distanciamiento al interior del oficialismo que, al parecer, no ha avanzado en recomponer los lazos, lo cual se ejemplifica con la insistencia de la intendenta en colocar a seremis y no a la máxima autoridad provincial en el cargo de suplente.
Por ahora, el panorama no presentaría cambios, pero los podría haber cuando la acusación a la intendenta del Bíobío se zanje y el Gobierno central decida fortalecer sus equipos tanto en Santiago como en regiones para el segundo año, lo que a nivel local ya está sucediendo con ajustes “menores”, que podrían terminar de definirse una vez que la intendenta Kusanovic retorne de sus vacaciones este lunes 4 de abril.