
Fueron de tal magnitud las lesiones de la mujer, embestida fuertemente por un bus del Transantiago, que su permanente estado de gravedad no pudo ser aliviado hasta el sábado recién pasado; día en que su larga agonía acabó, falleciendo a las 16.30 horas en la Unidad de Cuidados Intermedios de la Posta Central de la capital.
Conocida en Magallanes por la loable lucha que emprendió posterior a los duros momentos que tuvo que pasar tras la muerte de sus padres y su hermana mayor, en los últimos 10 años, que debieron enfrentar un cáncer, y por tomar con fuerza la comprometida misión de cuidar a su hermano Pablo y llevar adelante su costoso tratamiento en la capital, Tamara hoy es recordada en su pequeño núcleo familiar y por sus más cercanos como una persona adorable, y sobre todo admirable por su manera de vivir, “totalmente fortalecida para enfrentar los problemas que viniesen en el camino”, dijo ayer a Diario el Pingüino, su esposo, Albin Muñoz Vidal.
Historia
de vida
Diez años y cinco meses cumplieron juntos Tamara y Albin, quienes juntos dieron el paso de formar una familia junto a Pablo y la hija que llegó poco tiempo después de su unión, Venus, hoy de 9 años.
Ambos llevaban una vida austera en el Barrio Sur de Punta Arenas dedicada tanto al bienestar de la pequeña Venus como de su tío Pablo que debía trasladarse cada ciertos meses a Santiago para efectuar sus controles de autoinmunoterapia. Una vida sacrificada, sin duda, que costeaban con toda la ayuda que podían contar haciendo los esfuerzos en medios de comunicación, entidades de beneficencia y en el entorno del colegio de su hija para conseguir cooperación monetaria, dado que ella, con estudios superiores de ingeniería comercial sólo se desempeñaba en realizar clases particulares de matemáticas, y él en labores temporales de mueblería.
En lo inmediato, Albin, lo único que quiere es que a Tamara no se le recuerde como que vivió en medio del drama de una existencia dificultosa.
“Vivimos una vida con altos y bajos, pero muy, muy felices. Los problemas que llegamos a tener, los sabíamos complementar demasiado bien, y la unión de los cuatro hizo que de todas las adversidades pudiéramos salir adelante”, dijo acongojado.
De sus propias palabras también nació la descripción de la persona que dejaba relucir en vida Tamara, que a juicio de él se representaba en un ángel.
“Ella era como un angelito, muy derecha, muy recta, consecuente con sus ideas, no le gustaban las injusticias”, indicó, añadiendo que “todo se resume en una súper mamá, súper mujer, súper hermana y súper hija que admiré por sobre todas las cosas”.
Destacó asimismo el rol de Pablo en la familia que fue muy significativo para el crecimiento y desarrollo de su hija Venus.
“Mi hija es súper bondadosa porque todo lo vio en su tío. No es materialista, es puro sentimiento y eso fue lo que le traspasó Pablo en parte gracias al cariño e incondicionalidad enorme que Tamara le entregó”, enfatizó.
Aunque destrozado con el golpe de la pérdida de su esposa, Albin señaló que sabe que tiene que salir adelante: “Pablo y mi hija me necesitan”. En este mismo sentido es que aseguró que el tratamiento y la lucha que se emprendió por su cuñado continuará y es por ello que mientras se encuentra en Santiago efectuando los trámites para trasladar los restos de Tamara a Punta Arenas, sus padres viajarán a la zona para resguardar los cuidados de Pablo y Venus que radican, por ahora, en la casa de amigos cercanos a la familia.
En lo que refiere a su llegada a la capital regional, señaló que a más tardar el martes se concretaría el traslado por todos los trámites a los que hay que abocarse previamente.
No obstante, precisó que “de la justicia me desligo por ahora”, porque sabe que la denuncia pasó al Ministerio Público que había decretado la autopsia de Tamara para subir la figura de cuasidelito de lesiones a cuasildelito de homicidio.
“Sé que el asunto en algún momento tiene que aclararse, pero hoy estoy abocado a llorar a Tamara”, manifestó Albin.
Por lo pronto, adelantó que el velatorio se realizará en la parroquia San Miguel y el funeral en el Parque Cruz de Froward.