A las 17 horas de ayer, y tras permanecer siete días internado en la UCI coronaria del Hospital Clínico Magallanes, murió Diego Ayaquintui Cayumán de 20 años, quien protagonizara un violento choque la madrugada del domingo 3 de abril en calle 21 de Mayo, en el sector centro sur de Punta Arenas. En la tarde de ayer, y pese a la ventilación mecánica y el tratamiento que le seguían al paciente, una falla orgánica múltiple fue la que provocó el deceso del joven.
Imágenes de profundo dolor se vivieron a las afueras de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Regional. El llanto desconsolado de la madre fue cobijado por la presencia de numerosos familiares y amigos del malogrado Ayaquintui.
El Accidente
El pasado 3 de abril, alrededor de las 7.30 horas, Ayaquintui conducía su vehículo Hyundai Elantra en dirección norte por 21 de Mayo, sector Costanera Sur, cuando perdió el control del móvil subiéndose al bandejón central de la vía para posteriormente impactar con el costado del lado del conductor un poste metálico del alumbrado público.
Fue tal la violencia del choque, que Ayaquintui y su compañero Javier Barría (21) debieron ser extraídos de los fierros retorcidos del vehículo por voluntarios de Bomberos quienes, utilizaron herramientas hidráulicas para poder acceder a la cabina.
Estado crítico
Ayaquintui permaneció internado en la unidad de cuidados intensivos del hospital regional durante una semana. El doctor Christos Varnava señaló el 7 de abril a Diario El Pingüino: “La condición de estos pacientes es muy grave, el compromiso neurológico que presentan es muy severo, por eso están apoyados con ventilación mecánica y fármacos para mantener la presión arterial estable y para que el cerebro empiece a tener signos de mejoría”. Sin embargo, estos esfuerzos no pudieron impedir que la gravedad de las lesiones cobraran la vida del joven.
El dolor de la familia
El silencio del recinto hospitalario se vio quebrantado con el sobrecogedor llanto de la madre de Ayaquintui, quien incrédula desahogaba su dolor en la sala de espera de la UCI coronaria. “Mi hijo, por qué Señor, mi Dieguito”, repetía desconsolada.
Una veintena de personas llegaron hasta el hospital a prestar el apoyo a la familia. Los amigos, quienes se excusaron de entregar mayor información, lo recordaron como un joven alegre, muy cercano con sus pares y muy cariñoso con su madre.
En tanto, Javier Barría Barrientos permanece en condición crítica en el mismo servicio de cuidados intensivos, conectado a ventilación mecánica, afectado por la contusión cerebral y TEC grave que sufrió en el accidente.