
Tal como establece el protocolo real británico, el arzobispo de Canterbury presidió las nupcias, que comenzaron a las 11.00 horas en Inglaterra (7.00 horas en Chile). Si bien casi todos los aspectos de la ceremonia se llevaron a cabo con gran precisión, hubo un desperfecto: la argolla le quedó algo pequeña a Catalina. Pero este problema no se repitió con Guillermo, debido a que el príncipe decidió no usar el tradicional anillo. Entretanto, el novio no pudo disimular su asombro ante la belleza de Kate; una vez que se encontraron al fondo de la abadía, el hijo mayor de Carlos le dijo a Middleton “te ves hermosa”.
Al mediodía británico, los recién investidos duques de Cambridge abandonaron la abadía como recién casados, siendo felicitados por el público expectante, que había pasado días acampando en el lugar para estar entre los primeros en encontrarse con la joven pareja, que emprendió rumbo en dirección al palacio de Buckingham, acompañada por una procesión que incluyó a Pippa Middleton y al príncipe Harry, así como hermanos y padrinos de los novios. Los siguió la Reina Isabel, quien llegó vestida de amarillo, acompañada por Felipe de Edimburgo. El resto de la Familia Real también llegó hasta el palacio, con el objetivo de tomar las fotos oficiales, antes del almuerzo que ofreció la monarca.
Celebraciones
A las 9.25 horas de Chile, la pareja apareció por las puertas del balcón del palacio de Buckingham y, tal como lo hicieran Diana y Carlos en 1981, se dieron su primer beso oficial como marido y mujer. Pero las miles de personas que se encontraban afuera presenciando el histórico momento pidieron más demostraciones de afecto, por lo que los recién casados se dieron un segundo beso, algo más emotivo, antes de abandonar el balcón con el resto de la familia.
Luego de lo cual, la Reina Isabel ofreció un almuerzo al que asistieron 650 invitados. Asimismo, el suegro de Catalina realizó a las 19.00 horas (16.00 horas de Chile) una cena a la que concurrieron 300 personas, en honor al matrimonio de su primogénito. En tanto, según trascendió en medios internacionales, el día culminó con una fiesta privada a la que asistieron amigos de Guillermo, Catalina, invitados especiales y miembros de distintas casas reales, considerados especialmente para dicho evento.
Críticas
Aunque la corono británica aseguró que se organizaría un matrimonio sencillo, apelando a la austeridad, nunca es fácil ni barato costear un evento con dos mil invitados y donde no puede faltar ningún detalle. Detrás de toda la elegancia y expectación del evento, al interior del Reino Unido han aparecido críticas por celebrar una boda real en medio de la crisis económica. En este contexto, algunas estimaciones previas de la revista “Star” indicaron que entre los gastos del servicio religioso, vestidos, comida, flores, transporte y las diferentes recepciones, la boda real tendría un costo cercano a los 40 millones de dólares (aún no se han dado cifras oficiales), los que según trascendidos serían costeados por ambas familias y donaciones de privados.