Con 30 años de servicio en Carabineros, 12 de los cuales se desempeñó en el área criminalística, hoy el suboficial mayor en retiro Reinaldo Hidalgo fue el último jefe de la SIP que investigó la desaparición del estudiante Ricardo Harex. Ahora se sumó al llamado a la persona que tenga un antecedente para hacerlo llegar a las instancias que correspondan, “por el bien de la familia”, remarcó.
Estando fuera de la policía no le resulta fácil entregar una opinión o hipótesis. Menos cuando se nombró una ministra en visita. “Teorías hay muchas, incluso hasta excavaciones se hicieron con clarividentes”, recuerda. Cuando desapareció Harex era jefe de la entonces Comisión Civil, así es que conoce los pormenores desde el primer día. “Me tocó hacer empadronamientos, tanto en el sector del Club Hípico como en el Esso Market, donde decían que habían visto por última vez a Ricardo”, señala.
Dentro del trabajo policial lo que lamenta es que nunca pudo entrevistar a la gente que participó con el estudiante la noche que desapareció, labor que no recayó en sus manos, porque la tomaron otras personas. Dice que si fue un crimen, alguien tuvo que cometerlo. “Esa persona puede estar en la ciudad o no, pero por el bien de la familia sería bueno que confiese la verdad”, manifiesta.
Hidalgo no descarta que haya faltado un impulso mayor para aclarar este caso. Incluso más acuciosidad, “tal vez de parte mía o de otros integrantes de la investigación, pero no me atrevería culpar a nadie”.