
“Nadie sospechaba que las estimaciones habían sido subestimadas”, aseguró Benjamin Brooks, geofísico de la Universidad de Hawai, y principal autor de dicho estudio.
Los cálculos efectuados hasta entonces, basados en una historia sísmica relativamente en calma de la zona, la magnitud de un terremoto en la región del este de Los Andes centrales no superaría los 7,5 grados.
Un minucioso análisis de cálculos efectuados con GPS (Sistema de posicionamiento global), realizados en la zona, sugirió que las tensiones subterráneas que se acumulan ahí podrían provocar un sismo de magnitud entre 8,7 y 8,9.
“Esperamos que esta información sea ampliamente difundida en Bolivia y tomada en cuenta por la gente que podría resultar más afectada”, dijo el investigador, aunque es imposible saber cuándo podría producirse dicho evento, ni siquiera decir con certeza si se producirá algún día, ya que una serie de temblores de menor intensidad podría disipar las tensiones telúricas acumuladas sin provocar dicho megasismo.