
El Presidente Obama admitió que la captura de Bin Laden fue algo que sintió “de forma muy personal” y aseguró que esa misión fue “un momento poderoso” para los EE.UU.
Insistió también en el deseo de su país de establecer una relación “de mayor cooperación” con el Gobierno de Islamabad, pese al escándalo que se originó en Pakistán después de la operación que desarrollaron comandos estadounidenses en ese país, supuestamente sin haberlo notificado a las autoridades correspondientes.
En relación a qué haría su Gobierno si encontraran otro “objetivo de alto valor” en Pakistán u otro Estado soberano, como otro líder de Al Qaeda o el líder talibán afgano, el mulá Omar, el Presidente aseguró que EEUU actuaría de nuevo.
“Siempre he sido muy claro con los paquistaníes y ésta no es la primera administración que dice que nuestro trabajo es garantizar la seguridad de EEUU”, puntualizó.
En otro enfoque, habló también del futuro de Afganistán y recordó que, aunque las fuerzas internacionales habían tenido éxito al combatir a los talibanes, al final debería llegarse a un acuerdo político.
“Los talibanes tendrían que romper todos sus vínculos con Al Qaeda, renunciar a la violencia y tendrían que respetar la Constitución afgana”, aseguró.