
El conviviente de la abuela de la pequeña de 11 años comenzó a mostrar su desviación sexual cuando la menor tenía sólo siete años. A partir de eso la chantajeó con la compra de ropa y golosinas para cometer sus abusos. Además del comportamiento inmoral con su “nieta”, la PDI le incautó al formalizado nueve discos duros con videos y 18 mil imágenes de pornografía infantil que pesquisaba en internet.