Vecino del Cerro de la Cruz, frecuentemente entonado y con sus zapatos con punta de acero, siempre aceptaba la invitación a jugar una “pichanga”. Según cuentan, ha participado en el maratón del supermercado Líder. Se cuadraba todos los domingos en la Parada Dominical. En la Primera Comisaría le daban de comer. Actualmente, reside en el Hogar de Cristo.