
El intendente Arturo Storaker, desatado el conflicto, manifestó que desconocía el contenido de la misiva, y hasta su existencia. Además, la máxima autoridad regional declaró que el proceso le es totalmente ajeno e, incluso, desconocía que médicos participaban del concurso que desarrollaba Alta Dirección Pública.
A su vez, la seremi de Salud, María Isabel Iduya, manifestó que si bien conocía el contenido de la carta, ya que ella misma la recepcionó, no le correspondía entregar su opinión respecto de la designación, porque el tema es totalmente ajeno de su competencia. En la designación de Chávez participaron el sistema de Alta Dirección Pública, el director del Servicio de Salud y el subsecretario de Salud.
Uno de los aludidos en la carta es el jefe de la Unidad de Neurocirugía de la Clínica Magallanes, Hernán Rebolledo, quien cuestionó la manera de dar a conocer a la opinión pública las acusaciones que Nova dirige a él y a Chávez.
“Esta forma no corresponde. Me parece una situación francamente patológica”, expresó Rebolledo.
El médico argumenta que en la clínica donde se desempeña, se desarrollan protocolos con estándares internacionales, y que la conducta del traumatólogo está al límite de lo moral.
“Yo no soy el llamado a calificar el trabajo de mis colegas. Eso está reñido totalmente con la ética. Además, hay otras instancias que desarrollamos en la clínica, como reuniones periódicas, donde se pueden plantear inquietudes o tratar problemas, si existen. El doctor Nova jamás ha estado interesado en participar en estas instancias, por lo que menos puede hacer pública su acusación que yo, simplemente, considero una falacia”, expresó el neurocirujano.
Finalmente, Rebolledo advirtió que hay un equipo de abogados trabajando en el caso, y que pronto se realizarían acciones legales: “Esto no puede quedar así, se juega con el prestigio de los médicos y la institución en la que se desempeñan. Pronto se formalizará una querella por injurias y calumnias”, finalizó el médico.